Yo, la señorita y 1913

Vi cómo un tren me saludaba en la estación
Con mis maletas y mi anémica emoción
Un forastero nacional en el vagón
Yo miré al cielo, suelo de mi corazón
Yo miré al cielo nacional en el vagón.

De repente por la ventana siete cuatreros con pañoleta
Que me apuntan con las escopetas yo me escondí y escuché que el pasaje
Pos se asustaban y corrían temerosos a ningún lado.

Al poco rato el tren que se detiene y los siete cuatreros subieron gritando
Yo me escondí debajo de las faldas de la señorita primera ministra
Esposa del alcalde de ningún pueblo

Al poco rato se oyeron balazos de los cuatreros contra federales
Que estaban allí resguardando el dinero a la señorita al alcalde y su madre
Que iban de viaje al poblado vecino a gastar los impuestos.

Que nadie supo en donde quedaron tantas cosechas perdidas

Los viejos decían que por eso estalló la razón de la revolución.

Y después de unas veintitrés horas todo quedó en silencio suspenso en lo oscuro
Yo me animé a salir de las enaguas de la señorita que se ha desmayado
Mientras percibía un olor a quemado y miraba su rostro.

Y nada tonto agarré a la señorita y escapamos no sin antes yo estar bien seguro
De que el alcalde ya estaba bien muerto yo por si las dudas
Le di otro balazo y salimos huyendo yo, la señorita y mil novecientos trece.

Que nadie supo en donde quedamos todos esos años perdidos
Los viejos hoy dicen que tú y yo nos parecemos
A una pareja que saltó de un vagón en llamas, señores,
En mil novecientos trece.

Vi cómo un tren me despedía en la estación
Con mis maletas y mi anémica emoción
Un forastero nacional en el vagón
Yo miré al cielo, suelo de mi corazón
Yo miré al cielo nacional en el vagón