Tragedia de tomas y abel

Voy a cantar un corrido,
perdónenme los dolientes,
diré lo que ha sucedido,
entre dos hombres valientes,
en las calles de Rivera,
gran ciudad de Aguascalientes.

Tomas Martín fue valiente,
Abel Campos ya ni hablar,
tenían sus cuentas pendientes;
y las tenían que arreglar,
se sabia que al encontrarse;
los dos se iban a matar.

Lo dicho ya era un hecho,
todo el pueblo lo sabía,
el día primero de Octubre;
la muerte los perseguía,
los dos gallos se encontraron;
como a las nueve del día.

Abel disparó primero,
porque ya estaba impaciente,
Tomás contestó y certero,
le dio un balazo en la frente,
allí quedaron tirados,
al público de la gente. Abel estaba confiado,
que iba a matar a Tomás,
traía un amparo guardado,
pa´ no dejarse agarrar,
la muerte andaba a su lado,
y no lo dejó escapar.

Tomás vivió muy de prisa,
tenía su sangre bravía;
nomas por gusto y capricho,
siempre hizo lo que Él quería;
siempre se agarró a balazos,
con los de la policía.

Tomás Martín les decía,
sé que me van a matar,
el que se meta conmigo,
no lo va a poder contar,
si me hablan como los hombres,
también me lo he de llevar.

Vuela, vuela palomita,
tan blanca como la nieve;
diles que esto sucedió,
el año '59
diles que tarde o temprano;
se paga lo que se debe.



Las Juntas de Poturo, mpio. de Churumuco, Michoacán