Tragedia de filogonio

Filogonio Morales Ramirez,
demostró que el que busca siempre halla,
y como hombre después de ofendido,
demostró que también tiene agallas,
siendo un hombre tranquilo y sereno,
se rifó en tan tremenda batalla.

Un 18 de Enero por cierto,
un vecino lo invita a su casa;
acudió sin pensar que allí estaban,
los que habían de causar su desgracia,
le dijeron cobarde en su cara,
y enseguida volvió pa' su casa.

Regresó a donde estaba la fiesta,
y le dijo a Gilberto Fernández;
aquí estoy pa'que veas que no es cierto,
que nomas cuando está mi compadre;
y en duelo cerrado anduvieron,
como fieras sedientas de sangre. Con dos balas de una 38,
Filogonio estaba atravesado,
Él traía en su 380;
tres cartuchos que fueron quemados,
al sentirse como un león herido,
al puñal que traía le echó mano.

Filogonio y Gilberto reñían,
por la lucha legal de un partido,
la discordia fue de un comité;
cuan Zapata regia sus destinos,
Filogonio su amigo y compadre,
si le daba la mano al caído.

Muy heridos ya casi de muerte,
caminaron los dos casi iguales;
Gil cayó y allí mismo moría,
Filogonio en casa del compadre;
nadie mas que Zapata Moreno,
que lo pudo salvar de algo grande.

Vuela vuela palomita blanca,
tu color es la paz que no se halla,
hay un dicho vulgar que nos dice;
todo aquel que le busca siempre halla
y Gilberto buscó y lo sostuvo,
y se supo morir en la raya.




Las juntas de Poturo, mpio. de Churumuco, Michoacán