Timoteo

Tengo un perro muy travieso,
que se llama Timoteo.
Es mi amigo y yo lo quiero,
siempre vamos a jugar.

Él se esconde en la cocina
o a la vuelta de la esquina.
Él se esconde en cualquier lado
y yo me canso de buscar.

Timoteo, Timoteo,
dónde estás que no te veo.
Timoteo, Timoteo,
no te puedo encontrar.
Timoteo, Timoteo,
dónde estás que no te veo.
Timoteo, Timoteo,
no te puedo encontrar.

Por debajo de la mesa
de la casa de Teresa,
por arriba del ropero
de la pieza de papá.

En el bolso del cartero,
o adentro de un florero.
O enredado en los fideos
que prepara mi mamá.

Por arriba, por abajo,
por adentro y por afuera.
Aunque busque y aunque quiera
no lo puedo encontrar.
Timoteo, Timoteo,
dónde estás que no te veo.
Timoteo, Timoteo,
no te puedo encontrar.

Timoteo, Timoteo,
ya me canso de este juego.
Sos mi amigo y yo te quiero
pero ya no juego más.