Sin romería

Yo, que he acariciado la luz de la luna y queji’os de perros;
tú, que preferiste quedarte desnuda pa´ deshilachar
los nudos en hilos de ovillos que cuelgan ahora en mis tobillos,
una cruel condena de pena por la libertad.
Descubrí que pasito a pasito podría ir abriendo un camino,
contemplé la gravilla en tu mente de pilla y me hizo tropezar.
Y escalda’o por las visitas a deshoras en tu ermita,
si hoy no toca romería, Majestad.

Pídele peras al olmo, -soy una estrella fugaz-,
cuenta ovejas en tu colmo, busca la aguja en el pajar.
Dicen que a río revuelto sólo el pesca’o perderá,
también dicen que no es cierto
que puedas ver cientos y al tuyo sin atar.
¡Y qué más da! ¡Y qué más da!
Bien de pocos consuelo de listos, para variar.
¡Y qué más da! ¡Y qué más da!
Mal de muchos consuelo de tontos, la cruel realidad.

Y soñé con el humo de aquel cigarrito que daba la risa,
desperté entre dichos de bichos en nichos y sin libertad.
Y atrapa’o entre astillitas devoradas por termitas,
fiel anzuelo para un pez fuera del mar.
Me reencarno en olmos que dan peras,
única luz en tu oscuridad.
Nuestro rebaño encerra’o en una era
y tu abuelita está haciendo un telar.
¡Y qué más da! ¡Y qué más da!
Por muy bueno que pongas el cebo no voy a picar.
¡Y qué más da! ¡Y qué más da!
Si hoy los perros saben salir solos pa´ ir a mear.

Descubrí que pasito a pasito podría ir abriendo un camino,
contemplé la gravilla en tu mente de pilla y me hizo tropezar.
Yo soñé con el humo de aquel cigarrito que daba la risa,
desperté entre dichos de bichos en nichos y sin libertad.

¡Y qué más da! ¡Y qué más da!
Si hoy no toca romería, Majestad.
¡Y qué más da! ¡Y qué más da!
Si hoy no toca romería, Majestad.
Si hoy no toca romería, Majestad.
Si hoy no toca romería, Majestad.
Si hoy no toca romería, Majestad.