Letra de Serenata intimidatoria
Les Luthiers
Cristina!
No juegues con mi paciencia, detén tanto tonto intento,
detente, tenme contento o atente a las consecuencias.
Mantente atenta y solícita, mientras tanto nada intentes,
no me tientes a que atente contra tu integridad física.
Música maestro.
Me rechazas con gesto adusto,
estás disgustada quizás,
con el tiempo aprenderás a vivir junto a mí...
a disgusto,
no pretendo en absoluto,
ya que estás tan indecisa,
que respondas muy deprisa...
¡Dispones de medio minuto!
(Pará, dale tiempo)
Él la ama cual brisa fresca,
la ama con tierno y dulce querer.
Y yo cuando amo a una mujer...
¡me gusta que me obedezca! Me dices que no me quieres,
que espere no sé hasta cuando,
yo te sigo implorando:
Pero quién...
te crees que eres?
¡Es que la voy a moler a palos!
Baja, no digas que no,
baja y apaga este fuego,
baja, baja, te lo ruego...
¡O bajas tú o subo yo!
Fue un enfado involuntario
pero no volverá a suceder.
Es una infamia pegarle a una mujer...
¡salvo que sea necesario!
(¿Pero cómo va a ser necesario?)
Cuando en mi mente se agolpe
cual tropel la poesía,
lograré que seas mía
verso a verso...
¡golpe a golpe!
Entrégame tu corazón,
entrégate amado baluarte
pues al fin vas a entregarte...
¡Tenemos rodeado el balcón!
(¿Qué balcón? ¡No hemos rodeado ningún balcón!)
Momentito! Momentito!
La señorita me acaba de sonreír!
Jajá! Ahí tenés.
Y me hizo un gesto de que espere.
¿Y esto?
¡Me mandó una carta!
¡Una carta de Cristina García!
Qué final tan estupendo,
la alegría lo desborda.
¿Qué es lo que vende? No le entiendo,
discúlpeme, pero soy sorda.
No juegues con mi paciencia, detén tanto tonto intento,
detente, tenme contento o atente a las consecuencias.
Mantente atenta y solícita, mientras tanto nada intentes,
no me tientes a que atente contra tu integridad física.
Música maestro.
Me rechazas con gesto adusto,
estás disgustada quizás,
con el tiempo aprenderás a vivir junto a mí...
a disgusto,
no pretendo en absoluto,
ya que estás tan indecisa,
que respondas muy deprisa...
¡Dispones de medio minuto!
(Pará, dale tiempo)
Él la ama cual brisa fresca,
la ama con tierno y dulce querer.
Y yo cuando amo a una mujer...
¡me gusta que me obedezca! Me dices que no me quieres,
que espere no sé hasta cuando,
yo te sigo implorando:
Pero quién...
te crees que eres?
¡Es que la voy a moler a palos!
Baja, no digas que no,
baja y apaga este fuego,
baja, baja, te lo ruego...
¡O bajas tú o subo yo!
Fue un enfado involuntario
pero no volverá a suceder.
Es una infamia pegarle a una mujer...
(¿Pero cómo va a ser necesario?)
Cuando en mi mente se agolpe
cual tropel la poesía,
lograré que seas mía
verso a verso...
¡golpe a golpe!
Entrégame tu corazón,
entrégate amado baluarte
pues al fin vas a entregarte...
¡Tenemos rodeado el balcón!
(¿Qué balcón? ¡No hemos rodeado ningún balcón!)
Momentito! Momentito!
La señorita me acaba de sonreír!
Y me hizo un gesto de que espere.
¿Y esto?
¡Me mandó una carta!
¡Una carta de Cristina García!
Qué final tan estupendo,
la alegría lo desborda.
¿Qué es lo que vende? No le entiendo,
discúlpeme, pero soy sorda.
Letra de Serenata Intimidatoria de Les Luthiers
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