Serenata de una noche

Hace tanto frío que no dejo de temblar,
con la noche me visita el deseo,
de encontrar en el mar su sonrisa y calor,
ese baile entre su cuello y mi respiración.

Sigo dibujando sus ojos en la arena,
bajo el cielo que imita el meneo de su cadera,
la noche nos empapa de su ritmo y sabor,
y en el fondo una trompeta nos regala su canción.

Con la noche he traído para ti,
esta canción que comienza desde arriba
con el cielo salpicado de belleza,
baja con la brisa sofocando el sudor
que resbala por tu cuerpo,
ese cuerpo tan perfecto, ese rostro tan hermoso
y esos pechos que me vuelven loco,
mi bolsillo tan vacío y en la mano un corazón
que te doy poco a poco. Pero no, yo no te regalo flores,
solo estas líneas que se escriben con la noche.

Si tan solo escucharas lo que traigo para ti,
y decidieras regalarte completita para mí,
yo estaría contigo, te daría de todo,
acostúmbrate bonita, yo no soy como los otros.

Todos esos lobos solo buscan comerte,
te dicen palabras, quieren convencerte,
pueden decirte lo que quieran,
pueden bajarte la luna y las estrellas,
pero nunca vas a oír, una serenata igual,
de la noche para ti.

Tal vez no soy lo que esperabas,
tal vez mi amor no te das cuenta,
que un beso tuyo vale más que palabras,
que tu veneno pasea en mis venas,
y si te cruzas por mi camino,
ay corazón quítame esta pena,
y no te ofendas si es que te digo,
flaquita linda estás bien buena.

Pero no...

porque mientras los dioses canten,
resistencia y adelante.