Señora mía

Hay un amor de verdad,
que se encuentra a la vuelta de la soledad,
cuando no se lo espera es que aparecerá,
con su flecha de fuego.
Quiero que sea este amor,
una flor que se riega con el corazón,
y que todos los días sean como hoy,
un jardín de deceo.
Quiero pedirte perdón,
si alguna vez fui un tonto que se equivoco,
y tomarte la mano y decirte que sos,
lo mejor de mi vida,
querida mía.

Si algo enseguida me regala el día,
es despertarme con tu compañía,
son tus palabras las que me dan fuerza y me llevan arriba,

Sos la mujer que todo hombre querría,
la compañera de mis fantasías,
y no podía seguir a tu lado sin decírtelo
señora mía. Que cada vez sea mejor,
como el vino que el tiempo le da otro sabor,
que ninguna rutina nos pueda quitar,
el placer de este juego.
Y que sea de verdad,
que se llene la casa de felicidad,
de caricias,
de besos,
podernos mirar y sentirnos por dentro.
Y si algún día me voy,
si llegara a secarse la flor del amor,
si me lleva la muerte primero que avos,
por si no lo savias,
amada mía.

Si algo enseguida me regala el día,
es despertarme con tu compañía,
son tus palabras las que me dan fuerza y me llevan arriba,

Sos la mujer que todo hombre querría,
la compañera de mis fantasías,
y no podía seguir a tu lado sin decírtelo
señora mía.

Si algo enseguida me regala el día,
es despertarme con tu compañía,
son tus palabras las que me dan fuerza y me llevan arriba,

Sos la mujer que todo hombre querría,
la compañera de mis fantasías,
y no podía seguir a tu lado sin decírtelo
señora mía.