Rómpeme

Rompe, rómpeme, pero házmelo despacio,
no vaya a ser que manche de dolor toda la estancia.
No le temo a nada, ni siquiera a mis diablos,
tengo miedo de sus labios que dictaron mi sentencia.

Ahora estoy tan alto en la cima de mí mismo,
abajo está el abismo y yo perdiendo el equilibrio,
levanto un corazón, derrumbado por seísmos,
construyendo mi coraza que me salve del calvario.

No tengo remedio, eso es lo que dijeron,
sigo respirando y en eso se equivocaron.
Negro como la noche y fuerte como el acero,
de caerme tanto al suelo dejé mi nombre marcado.

Pero me levanto y eso es lo más importante,
con los puños cerrados y la rabia entre los dientes,
miro hacia delante, aprendiendo a ser valiente,
pulido por el dolor, convertido en un diamante. Solo rómpeme, mira dentro de mi cuerpo,
¿no ves que no estoy muerto? ¿no ves que sigo aquí?
Sonando como siempre, sigo soñando despierto,
puedo volar con vértigo, eso es lo que aprendí.

Solo rómpeme, tráeme agua a este desierto,
¿no ves que no estoy muerto? ¿que al final sobreviví?
Sonando como siempre, cantando desde mi cuarto
puedo volar con vértigo y lo voy a conseguir.


Rompe, rómpeme, pero házmelo despacio,
ocupa mi vacío que ahora llena su silencio,
camina por mi piel, léeme como a un diario,
si resuelves mi misterio yo te pago cualquier precio.

Quise ser perfecto pero me llené de errores,
al final pasé, Fran y yo hicimos las paces,
sé que me equivoqué y que lo haré más veces,
pero juro por mi padre que no faltarán cojones. Poesías incomprendidas para locos redimidos,
los versos son los hilos para un corazón partido,
perdido en el latido de tu voz en mis oídos,
navego por el mar de los poetas malheridos.

Y aquí sigo de pie aunque aún llore diciembre,
echándote de menos como suele ser costumbre,
alejado del hambre, de los pecados del hombre,
rompe, rómpeme, para ver más que mi nombre.

Solo rómpeme, mira dentro de mi cuerpo,
¿no ves que no estoy muerto? ¿no ves que sigo aquí?
Sonando como siempre, sigo soñando despierto,
puedo volar con vértigo, eso es lo que aprendí.

Solo rómpeme, tráeme agua a este desierto,
¿no ves que no estoy muerto? ¿que al final sobreviví?
Sonando como siempre, cantando desde mi cuarto
puedo volar con vértigo y lo voy a conseguir.

Tan solo rómpeme, hazme trizas con tu boca,
se aproxima mi derrota asomado a la cornisa,
corro tan deprisa que el corazón se desboca,
el dolor me descoloca y lo oculto tras mi sonrisa.

Solo rómpeme, verás más que mi carcasa
que esta triste coraza de versos, penas y humo,
acaríciame, susurra que todo pasa,
que este dolor me pesa aunque aguante como ninguno.

Rompe, rómpeme, rompe, rómpeme. Rompe, rómpeme...