Letra de Retirada murga agarrate catalina 2008
Tabaré Cardozo
Este es el comienzo de mi viaje,
es el final de mi camino.
No llevo prisa ni equipaje,
solo cenizas en el mar
de este remendado corazón,
para viajar.
Navegar, siempre navegar
sobre el cielo azul
tan fugaz, todo es tan fugaz,
vieja juventud,
será mi piel el viento sur.
Mi nombre será tierra y nada más,
mi sangre sol, tu llanto luz,
semillas de la ingenua eternidad.
Cuando las campanas de la vieja catedral
hablen de las huellas de mi eterna soledad,
todo habrá sido un instante
de fulgurante y triste oropel.
Si el dolor se adueña del momento de partir,
llevo contraseñas, escondites para mí
donde gritarle a la muerte ciega
todas las cosas que yo le robé. Guardo para soltarle y empañarle
la victoria,
balas atropelladas,
un minuto de memoria,
todas mis madrugadas,
nueve lunas, mil botellas,
una muchacha pobre
que un día fue mi doncella.
El patio de mi infancia,
mi ventana, todo el cielo,
las manos de mi padre
protegiéndome del mundo entero.
Solo esperando mi tren
me arrancan de mi camino
mi sombra quemándose,
gota por gota,
pálida,
única.
El miedo de la nada,
la esperanza de un sendero,
la sangre de mi sangre
despidiéndome del mundo entero.
Amigos con el alma buena y el abrazo cálido,
amores de miradas limpias y de sueños ávidos,
millones de carcajadas empapadas en alcohol,
canciones a quemarropa derrotando al dolor.
Segundos de felicidad y tres o cuatro lágrimas. Sobrevivientes, naúfragos, inquilinos,
somos la sombra heroica de lo que fuimos.
Fuimos peleando tercos como pudimos
esta batalla inútil contra el destino.
Llevo un juramento sin jurar,
llevo una oración sin terminar,
el dolor de no ser nada más
y mi testamento sin firmar.
Nada tuve, nada dejé:
mi pobreza ya me la gasté.
Si hoy tengo una flor en el ojal
es para dejarla en el final.
Si he de morir,
que me muera de tanto vivir,
con la furia de la tempestad
incendiándome el alma
al partir.
Si he de partir
que me parta la vida
un amor
y transforme mis huesos en flor
en algún carnaval.
Y todo lo que fuí,
lo dejo en el adiós,
viviendo en el lugar
de lo que soy.
Y lo que quise ser
detrás de este telón
apenas fue
una efímera ilusión.
Ya se encienden las luces del final.
Agradezco porque llegué hasta acá
escapando a la muerte en un camión,
en un camión que se va.
Un camión,
que se va,
la función,
el final.
Viaje que comienza,
viaje que termina,
en este tablado de la humanidad;
se termina el viaje
de la Catalina
y otro está por comenzar.
Un camión,
que se va,
la función,
el final.
Viaje que comienza,
viaje que termina,
en este tablado de la humanidad;
se termina el viaje
de la Catalina
y otro está por comenzar.
Tabaré Cardozo
es el final de mi camino.
No llevo prisa ni equipaje,
solo cenizas en el mar
de este remendado corazón,
para viajar.
Navegar, siempre navegar
sobre el cielo azul
tan fugaz, todo es tan fugaz,
vieja juventud,
Mi nombre será tierra y nada más,
mi sangre sol, tu llanto luz,
semillas de la ingenua eternidad.
Cuando las campanas de la vieja catedral
hablen de las huellas de mi eterna soledad,
todo habrá sido un instante
de fulgurante y triste oropel.
Si el dolor se adueña del momento de partir,
llevo contraseñas, escondites para mí
donde gritarle a la muerte ciega
todas las cosas que yo le robé. Guardo para soltarle y empañarle
la victoria,
balas atropelladas,
un minuto de memoria,
todas mis madrugadas,
nueve lunas, mil botellas,
una muchacha pobre
que un día fue mi doncella.
El patio de mi infancia,
mi ventana, todo el cielo,
las manos de mi padre
protegiéndome del mundo entero.
Solo esperando mi tren
me arrancan de mi camino
mi sombra quemándose,
pálida,
única.
El miedo de la nada,
la esperanza de un sendero,
la sangre de mi sangre
despidiéndome del mundo entero.
Amigos con el alma buena y el abrazo cálido,
amores de miradas limpias y de sueños ávidos,
millones de carcajadas empapadas en alcohol,
canciones a quemarropa derrotando al dolor.
Segundos de felicidad y tres o cuatro lágrimas. Sobrevivientes, naúfragos, inquilinos,
somos la sombra heroica de lo que fuimos.
Fuimos peleando tercos como pudimos
esta batalla inútil contra el destino.
Llevo un juramento sin jurar,
el dolor de no ser nada más
y mi testamento sin firmar.
Nada tuve, nada dejé:
mi pobreza ya me la gasté.
Si hoy tengo una flor en el ojal
es para dejarla en el final.
Si he de morir,
que me muera de tanto vivir,
con la furia de la tempestad
incendiándome el alma
al partir.
Si he de partir
que me parta la vida
un amor
y transforme mis huesos en flor
en algún carnaval.
Y todo lo que fuí,
lo dejo en el adiós,
viviendo en el lugar
de lo que soy.
Y lo que quise ser
detrás de este telón
apenas fue
una efímera ilusión.
Ya se encienden las luces del final.
Agradezco porque llegué hasta acá
escapando a la muerte en un camión,
en un camión que se va.
Un camión,
que se va,
la función,
el final.
Viaje que comienza,
viaje que termina,
en este tablado de la humanidad;
se termina el viaje
de la Catalina
y otro está por comenzar.
Un camión,
que se va,
la función,
el final.
Viaje que comienza,
viaje que termina,
en este tablado de la humanidad;
se termina el viaje
de la Catalina
y otro está por comenzar.
Tabaré Cardozo
Letra de Retirada Murga Agarrate Catalina 2008 de Tabaré Cardozo
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