Qué onda, wey

Vivía como el Chavo, casi sin un centavo,
un poco en el DF, un poco en Monterrey.
Bailaba con aztecas, fumaba con toltecas,
pero soy argentino, no hay nada que hacer.
Extraño el mate amargo,
la yerba te la encargo, traeme.

Qué onda, wey, qué onda, wey,
pero qué onda, wey, qué onda, wey.

Un día, sin motivo, acompañé a un amigo,
iba a tomar un vuelo, no recuerdo bien,
sandalias medio rotas y sin peinar las motas,
yo, de la policía, la atención llamé.
Usted es uruguayo o argentino,
usted está fuera de la ley.

Qué onda, wey, qué onda, wey,
pero qué onda, wey, qué onda, wey. No tenía mis papeles, visado, residencia,
perdieron la paciencia, me dijeron:
“Usted se toma el primer vuelo, tirado de los pelos,
y así, sin darme cuenta, a Buenos Aires llegué.
No tuve tiempo ni de despedirme,
yo vivía como un rey.

Qué onda, wey, qué onda, wey,
pero qué onda, wey, qué onda, wey.

Yo todo lo aprendido lo tengo bien sabido,
nahuales y chamanes me enseñaron a ver.
De eso no me olvido, mi México querido,
pero dijeron: “vuelva”, y tuve que volver.
La tierra se comparte con hermanos,
no se roba con la ley.

Qué onda, wey, qué onda, wey,
pero qué onda, wey, qué onda, wey.