Quarcissus: el arte de desamar. acto ii: la descreencia (2009-2017)

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Letra de Quarcissus: el arte de desamar. acto ii: la descreencia (2009-2017)

Rafael Lechowski

[Intro: Begoña Zamagona]

Habían pasado varias semanas
Desde el horror de su cruel desengaño
-Tiempo lentificado por el daño-
Y contempló el mundo por sus ventanas:
Presenció el asco y la impiedad humanas
Y Dios se le mostró como un extraño
Sombra ahora donde luz hubo antaño
Mundo esculpido por manos tiranas
Se ahogaba en una honda depresión
Epilepsia que al alma sacudía;
No salió en días de su habitación
Buhardilla de libros fría y sombría
Se oían los aullidos de agonía
Del Ser que clama por su salvación

[Escena I: Rafael Lechowski]

Es de madrugada y la ciudad está en profundo silencio. En una esquina de su habitación, Quarciso se encuentra de rodillas en el suelo. Demacrado y desquiciado, reza y habla solo. La luz del fuego de la chimenea desvela levemente el caos del espacio en el que se desenvuelve la escena. Desde la estancia inferior, la anciana madre escucha con miedo los borrosos soliloquios de Quarciso ¿Y ahora qué?
¿Dónde esconderme de quien no me busca?
No hay asilo que me salve de mí
Mi corazón es un puñal que se me incrusta
Me he convertido en un monstruo que ahora me aterra
La noche me amenaza con la noche eterna
Han degollado mi fe:
¿Por qué me torturas, Señor? ¡¿Acaso con lágrimas sacias tu sed?!
Te lo ruego, apiádate de mi ser;
¡¿Por qué con ella? ¿Por qué con él?!
¿Por qué consientes que esto suceda?
Su traición no es sino tu traición ¿Qué quieres que aprenda?
Ah, Vigía, que auscultas mi conciencia
Nunca tuvo verjas mi silo en tu presencia
¡Y cuántas veces yo llamé a tu puerta!
Con cárdena voz y áfonos nudillos volví sin respuesta
¡Rompe ahora este silencio ensordecedor!
¡Por lo que más quieras! ¡¿O es que ya no me amas, Señor?!
Tomaste a mi padre, te proclamaste mentor
Y con mi dolor erigí mi fe inquebrantable
Y jamás guardé rencor ni sucumbí ante el fracaso
Di bien por mal y obré con corazón generoso
Siguiendo tu lección con humildad y prurito
Sordo a la conspiración de la carne contra el espíritu
E hice mío tu mensaje
Condené mi concupiscencia y mi libertinaje
Y me rebelé contra el deseo, no ansié el bien ajeno
Al desolado di consuelo e imité al hombre pleno
Pero ella es todo lo que tengo ¡Lo que más amo!
¡¿Por qué la has arrancado de mi lado?!
¡Señor, te odio con todo mi ser!
¡Te ofrendé mi vida entera y me has abandonado otra vez!
Me ahogas, salvas y hundes de nuevo en tu abismo;
Impasible contemplas la agonía del orbe;
¡¿Qué tipo de prueba es esta a que enfrentas al hombre?!
¡¿Siglos de sangre no bastan para saciar tu sadismo?!
Ante tu soledad creaste este teatro
Nos vestiste de dolor para divertirte con el llanto
Nosotros, tus bufones, que bailamos sin descanso
Esta danza del sacrificio a cambio de un premio falso
¡Pues ese podio es un cadalso!
Ya que te distraes con nuestra pena ¡Concede, al menos, el laurel de tu aplauso!
¡Qué puedes decir a esto!
¡Responde! ¡No te oigo! ¡Adelante, álzate, omniausente Maestro!
¡Descarga sobre mí tu trueno de cólera
Dictador, que violas la ley que tú mismo has impuesto!
Con sangre y venganza
Así educaste a tus hijos y así obran ahora: a tu imagen y semejanza
¡Déspota, lengua homófoba, genocida de Sodoma!
Con tu ley prohibitiva
Ordenaste comer del árbol de la vida
Temeroso del fruto de la ciencia, que albergaba la verdad escondida
Y un ávido Ser de sapiencia hurgó la prohibida pulpa
¿Y otro llega al mundo en llanto hoy por nacer de su culpa?
¿Por qué seguimos condenados?
¿No sacrificaste a tu Hijo en la cruz para expiar nuestro pecado?
¡Tirano, somos sólo inocente leña
Que mantiene viva la hoguera del infierno en que calientas tus manos!
No hubo Adán ni Edén, tu Iglesia es un harém
Franquicia de la falacia ¡Has hecho al mundo tu rehén!
Y jamás devolverás a tus siervos
Aquello que perdimos por mirar a través de tus ojos ciegos
No, ni siquiera existes, no puedes existir;
¡Tú no creaste al hombre: el hombre te creó a ti!
-Y ¿cómo se hizo el universo? ¿Acaso es una flor innata?
¿Qué es esta áurea aureola? ¿Qué es ese redondel de plata?
¿Qué son aquellas perlas esparcidas por el lienzo añil
Que acaban por morir sobre la franja escarlata?
¿Qué dio vida a la vida? Nada nace de la nada
¡Calla! ¡Sólo eres fruto de una duda aciaga!
La flor busca la luz; la abeja busca la flor;
La nube se derrama en la semilla como el amor sobre el amor;
Y un niño gime perdido en alguna parte
Desesperado, podría buscarte, pero busca a sus semejantes
Tú no eres fruto innato del instinto natural
¡Tú necesitas la penumbra para poder brillar!
Por eso ya no creo en ti ni en tu oscuro idioma
Por miedo a lo inexplicable impusimos tu axioma
Pero ya no te temo, espejismo iracundo
Ha muerto en mí el chantaje con que amenazaste milenios al mundo
Ni temo a la duda de qué habrá más tarde
El espíritu existirá mientras exista la carne
Después no hay nada:
La vida es un túnel de luz con oscuridad al final, el cuerpo es ataúd del alma
Ahora me arrepiento de todos mis arrepentimientos
Sí, seré ceniza, pero antes incienso Quarciso se sienta frente a la chimenea y contempla, hipnotizado, el fuego

Todos los dioses sois el mismo dios
La misma nada, el mismo hueco
Tu placer es infringir el dolor
Pero sólo arderá quien crea en tu fatuo fuego
¡Se acabó, no me apuntarás con tu dedo intangible!
¡Tu amparo es el refugio de quien teme ser libre!

[Escena II: Rafael Lechowski]
Mientras un humano mata a su propio hermano
Con sus propias manos en sacrificio a un dios pagano
Al otro lado del mundo
Niños sin infancia fabrican los juguetes con los que juegan adultos
Allí la muerte es el precio de vivir y no un crimen
Y así viven: en la vorágine de su régimen gimen
Pues mientras la Iglesia mata por sus colonias de la moral
El estado por la hegemonía terrenal
Consumidos por el consumismo
Se arrodillan ante el nuevo dios: el capitalismo
Monstruo que se devora a sí mismo
Ellos crean nuestras carencias con falso placer
Con constantes deseos que nunca logramos satisfacer;
Nos impiden pensar, distrayendo las conciencias
Envileciendo el instinto y amputando nuestra noción de la trascendencia
Usando el arte de convencer, sin estar convencidos
Milenario marasmo, brutal ignorancia en que estamos sumidos
Quieren asustarnos, persuadirnos, humillarnos
Antes que a caminar, nos enseñan a arrodillarnos
El gobernante es un funcionario del pueblo
Por tanto, debiera ser conductor de su voluntad y deseo
Su función en el poder ha de ser liberar rasgos sociales reprimidos
Y no convertir al hombre en un reo
Debiera acceder al poder un mandatario sumiso
Un líder obediente a los menesteres de su pueblo
Gobernando con humildad y no con la prestidigitación
E hipnótica demagogia del fariseo
Que imprime su mentira en la conciencia del manso
Para poder después crecerse con el pasto de su aplauso
Alimentando a la bestia de su megalomanía
Sentado en su trono, que no es sino nuestro lomo exhausto
¿Por qué responden a nuestra pregunta con otra pregunta?
Con nuestro impuesto financian las armas con que nos apuntan
¡Ah! ¡Cómo condiciona el poder nuestra conducta!
Capaz de trocar el alma más noble en un alma corrupta
Nuestro voto no cuenta en este falso sistema democrático
¡Abrid los ojos, somos carne de látigo!
No hay democracia: el pueblo es mudo, sordo el gobierno
Y al final siempre dicta el capital que los financia
La libertad es mentira, la historia es mentira
La prensa es mentira, lo único cierto es que todo es mentira
La globalización no es una alianza sino un nuevo orden
Para la cómoda dominación de los hombres
Una sola lengua con la que poder someter
Un oído que todo oiga, un ojo que todo pueda ver
Esta falsa libertad va a lograr con todo esto
Que sólo el cruel dictador parezca un mandatario honesto
Bajo la noble mentira de la falsa bandera crean al enemigo
Odio externo que mantenga al pueblo unido
Y nos asustan, usan nuestro miedo como excusa para acusar
E incrustan su bandera homicida en tierra confusa
Y a esa invasión disfrazada llaman justicia
¡Pues sepan que ni para hacer justicia la violencia es justa!
El freno de la evolución: religión y dinero
¡Cuántos magnicidios perpetrados contra hombres buenos!
¡Cuánta justicia sobornada, cuánto inocente acusado!
¡Cuántas mentes virtuosas acalladas en el fuego!
¡Cuántos fueron a la guerra ignaros del motivo!
¡Cuántos conscientes de la verdad obraron por incentivo!
¡Cuántos inocentes perecieron, cuántas madres, cuántos niños!
¡En cuántas batallas fue Dios caudillo!
Pero la guerra es negocio, la enfermedad es negocio
El hambre es negocio, la pobreza es negocio
La muerte es negocio ¡el capitalismo es un monstruo!
Para poder dar a uno siempre ha de arrancarle a otro
¡Y mientras exista desigualdad reinará la barbarie
Y lluvias de pólvora regarán con sangre esta tierra de nadie!
Duele ver un mundo oscuro con tanta claridad:
La política es miedo a la libertad
El dinero, miedo a la soledad
Dios es miedo al miedo y así vivimos en sociedad:
Como ciegos guiados por ciegos
¡Pobres los que sólo buscan tener!
¿Cómo ignoran que la mayor tenencia es ser?
Ese tener profundo, infinito, único, impagable
Algo que no les podrá arrebatar nunca nadie;
Y prefieren vivir en el vacío de la abundancia
Teniendo todo y siendo nada, poseídos por lo que poseen
¡Ah, qué triste morar!
Vivir felizmente tan falazmente ¡se ríen para no llorar!
Ojalá la vida fuera un mundo sin fronteras
Bajo una sola bandera, pero cada uno a su manera
Bandera que flamee mecida por brisas de paz
Y no agitada por suspiros lacayos y vientos de cólera
¿De qué sirve la visión de un Ser cegado por su fe
O que su expresión sea libre si su mente no lo es?

[Escena III: Rafael Lechowski]
Quarciso se pone de pie, coge algunos libros de la estantería, los hojea con violencia y los arroja al fuego. Coge el busto de un antiguo pensador y lo contempla y sonríe con desprecio. De repente, se serena, mira por la ventana y comienza a reflexionar en voz alta

La fe en lo divino y la lealtad a lo colectivo
Han arrancado la verdadera identidad del individuo
Que desde hace milenios busca una luz por la que ser guiado
Un salvador que lo conduzca, una respuesta a sus preguntas
Alguien o algo por lo que sentirse amparado;
Pero es precisamente esa luz la que lo ha cegado
La paz, la verdad, la plenitud, la libertad
Son un largo camino sin guía ni itinerario
Nada puede acompañarlo en su lucha individual
Por emancipar su conciencia del estéril valor moral
Ha de ser su propia respuesta, morir y renacer
Ser la serpiente que se desprende de su inútil piel
Ha de desmasificarse toda unión, toda asociación
Fraccionarse hasta quedar completamente solo
Desnudo de cualquier tradición, ante la máxima de las síntesis:
La esencia, la unión del Ser con Todo
Pero frente a la idea de una posible libertad
El hombre se ahoga en el vértigo de su insignificancia
Pues el mundo se le revela como un gigante hostil
Y al final retorna corvo y sumiso a su senda marcada
La influencia que ejerce la fuerza exterior sobre la débil carne
Hace de la libertad un lugar insoportable
Pero el Ser ha de revolucionarse, rebelarse contra su conciencia
No hay libertad sin desobediencia
Un hombre jamás será libre en una sociedad de esclavos:
Se enredará, tarde o temprano, con las cadenas del atado
La paz mundial será una utopía, una quimera
Mientras la libertad individual también lo sea
Pues ¿Qué es lo que la experiencia nos ha demostrado?
Ninguna revolución social logró salvarnos;
Cuando el bien vence al mal y llega al poder se torna tirano
El mismo despotismo en distintas manos
Pero la voz de una nueva fuerza afirma sin certeza
Que un nuevo sistema librará al mundo de la carencia:
Un diseño tecnológico-social basado en recursos
Derrocará al capitalismo, la desigualdad y la violencia
Imposible: Ningún avance impedirá que un hombre se mida a otro hombre
Que codicie, envidie, mate u odie;
No, no servirá tecnología alguna
Mientras sea desarrollada por hombres de mente oscura
Primero el Ser debe purgar su conciencia
No inspirado en ninguna ciencia, sino en el instinto de la natura
Cualquier otra vía es artificial, invención del pensamiento humano
Dios, el dinero, el Estado...
Debo desenterrar mi esencia, volver a lo originario
Si quiero abrir los grilletes que me tienen atado
Destilarme de cualquier tradición y ser reeducado
Y abrazar de nuevo el mundo con amor unitario
¡Me voy! ¡abandono todo lo que no es mío
Jamás tuve nada: las cosas me habían tenido!
Me voy: vuelvo al vientre del mundo
A desenterrar el tesoro de ser, lejos del burdo y cruel vulgo
Me voy: ya no temo al destino
Me abrigaré con fuego y sol, beberé el agua del río
Comeré el generoso fruto que derrame el árbol
Me bañaré en la lluvia y me secaré en el camino
La luz ya ha roto el silencio con grito agónico
El telón del mundo se alza como un sudario
Hombres corren a cambiar por plata su tiempo dorado
Una paloma come de un charco de vómito
Los ojos de los escaparates izan sus metálicos párpados
Y un sucio cielo gris orina sobre el asfalto
Me doy porvencido, no me quedan fuerzas para rendirme:
Es tiempo de redimir el tiempo perdido

Los primeros rayos del alba aparecen en el cielo. Quarciso deja escrita una nota encima de la mesa, y con lo puesto y una pequeña bolsa abandona la casa de su madre.

Letra de Quarcissus: el arte de desamar. Acto II: La descreencia (2009-2017) de Rafael Lechowski

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