Por la ruta 40

Santa Cruz, Chubut, Río Negro
y luego Neuquén,
recorriendo Patagonia
me siento bien.
Trece grandes lagos y un enorme salar,
es la 40 que me alienta a montar y andar.

De Mendoza hasta La Rioja,
pasando San Juan,
navegando el mar de lava que
domina el gran volcán.
Al galope voy con mi corcel de acero,
ya me acerco a Tupungato besando el cielo.

Rodando voy por el camino abierto,
montañas, lagos, valles y desiertos,
cruzándolos i alma rueda suelta,
como héroe del asfalto voy
por la Ruta 40, por la Ruta 40.

Los colores de Tampalaya
y el Valle de la Luna,
es la 40
que te atrapa como ninguna.
Por la cuesta de Miranda voy zigzagueando,
y mi espíritu el camino va templando. Catamarca, Tucumán y después Salta,
me regalo la gran Quebrada de Humahuaca,
Purmamarca por Jujuy hasta La Quiaca,
mi camino es siempre andar y la 40 mata.

Rodando voy por el camino abierto,
montañas, lagos, valles y desiertos,
cruzándolos i alma rueda suelta,
como héroe del asfalto voy
por la Ruta 40, por la Ruta 40.

De La Quiaca a Cabo Vírgenes,
Santa Cruz,
por la vera de la cordillera, de Norte a Sur.
A caballo de estas ruedas bajo un cielo azul, blanco y azul,
entre valles y montañas sólo faltas tú.

Rodando voy por el camino abierto,
montañas, lagos, valles y desiertos,
cruzándolos i alma rueda suelta,
como héroe del asfalto voy
por la Ruta 40, por la Ruta 40,
por la Ruta 40, por la Ruta 40,
por la Ruta 40, por la Ruta 40,
por la Ruta 40, por la Ruta 40.