Plegaria

El Sol se va poniendo su mortaja,
Camino entre colillas y rameras,
La noche ya se ha puesto sus alhajas,
Mira cómo la Luna las baja por la escalera,
Y yo pellizco mi piedra de hachís,
Y luego la mezclo con la carne de un cigarro,
Prefiero sus ojos a París,
Un beso de su boca a bocajarro,
Dice que a veces me escondo tras un verso,
Por llevarle a la muerte a la contraria,
Y humilde me presento a los pies del universo,
Con sólo una canción para ofrecer como plegaria,
Me he acostumbrado al precipicio, saltar del edificio,
Huyendo del bullicio y de la vanidad,
Y he regresado al ejercicio,
A dar en sacrificio el verso de mi suplicio y mi felicidad,
Infinito rito espiritual,
Este cuento es un hostal y este alma mi equipaje,
Aquí la vida es una bonita espiral, sin principio ni final,
Donde todo muere y todo nace. Por el miedo que le tengo a hacerme viejo,
Busque una flora en el desierto de la multitud,
Y ahora me presento ante el espejo,
Con sólo una canción pa' retener a mi juventud,
Precoz en el amor y el desengaño,
Si alguna vez fui libre, fue en brazos de una mujer,
Hace muchos años que me escapé del rebaño,
Pero el alma todavía no ha aprendido a envejecer,
Y bajo un cielo que no puede prometernos nada,
Y ante unos dioses que no pueden salvarnos de nada,
Escribo mi balada y descubro entre caladas,
Que en este mundo la cordura está sobreestimada.

Por mi familia que siempre fue mi raíz,
Y también por el amor que para mí nunca fue un lastre,
De nuevo vuelvo a abrir la cicatriz,
Con tan sólo una canción pa' ser feliz en el desastre,
Y ufano me afano en el arte profano,
De buscar un verso que estremezca el corazón humano,
Igual que un alquimista en un rito pagano,
Busco transformar este dolor en amor pa' mi hermano,
Por eso no me escondo tras mi nombre,
Ni tampoco confundo lo banal con lo profundo,
Y he descubierto lo invencible que es el hombre,
Que sólo tiene su amor para luchar contra el mundo.