Partida de ajedrez

Siempre me retas a una partida de ajedrez, Tu eres las blancas y yo las negras otra vez, como un duelo de gaseosas pepsi contra coca cola, sueñas con verme derrotado y a tus pies, quieres que el rating te funcione alguna vez.
Tu peones me están comiendo ya lo sé pero entre ellos nunca se llegan a entender, comerán aún más mis piezas pero igual los pondrás a dieta porque hay un pan que nunca les das de comer, un pan de vida que rechazas, no sé porque.
Somos hermanos, estoy de tu lado, ya te pedí perdón por todo lo pasado, no me interesa que midamos fuerza, hay una lágrima en el cielo y una risa en el infierno por el triste show que tú y yo estamos haciendo.
Aun insistes en tu partida de ajedrez el problemas es que tus torres son de Babel. Tus alfiles se desplazan en limosina y con guardaespaldas, la teología de hacerse rico como un rey por experiencia no creas esa estupidez.
Tus caballos van en “ele” y van muy bien, dicen que un puma de vez en cuando va también pero das mucha ventaja con tu exceso de confianza pues no pones a la Reina junto al Rey, nunca juegas con tu Reina y no sé porque.
Yo me retiro de tu partida de ajedrez, yo me retiro para siempre de una vez. Somos dos torres de acero que van creciendo en paralelo ¿Cómo lograr que nos juntemos otra vez? Solo pasando por el fuego, solo el fuego dobla el acero, solo pasando por el fuego volveremos a ser uno… otra vez