Papá

Sol de mi hogar y de mi vida fuiste, tú;
por tu calor, por tu alegría y por tu luz:
por ti, papá, por tu desvelo y tu trabajo,
mi casita fue un palacio, donde reinó mi mamá;
por ti, papá, por tu desvelo y tu trabajo,
mi casita fue un palacio, donde reinó mi mamá.

No olvidaré cuando llegaba Navidad;
fuiste el Rey Mago que vivía en nuestro hogar:
con tus regalos se llenaba el Nacimiento,
que ocultó tu sufrimiento, con nuestra felicidad;
con tus regalos se llenaba el Nacimiento,
que ocultó tu sufrimiento, con nuestra felicidad.

Papá, cuántas veces corriste a mi lecho
llevando el remedio de mi salvación.
Papá, te arrugaste, cabecita blanca,
buscanso el dinero de mi educación.
Sé que, tal vez, te quedaste sin zapatos nuevos,
para que tus hijos pudieran andar;
sé que, también, por nosotros, quedó en el empeño
la hermosa sortija que te dió mamá.

Papá, monumento al amor y al cariño,
que Dios nos bendijo: gracias, papá,
porque tu amor fue el ejemplo,
que, hoy día, florece en todos tus hijos.
Gracias, papá, porque tu amor fue el ejemplo,
que, hoy día, florece en todos tus hijos.

- Buscando el camino al cielo, no lo podiá encontrar,
pero buscando y buscando, tan solo, he podido hallar
un caminito de besos, con gotitas de llorar;
y una vereda de estrellas, que dibujó mi papá-

Papá, cuántas veces corriste a mi lecho
llevando el remedio de mi salvación.
Papá, te arrugaste, cabecita blanca,
buscanso el dinero de mi educación.
Sé que, tal vez, te quedaste sin zapatos nuevos,
para que tus hijos pudieran andar;
sé que, también, por nosotros, quedó en el empeño
la hermosa sortija que te dió mamá.

Papá, monumento al amor y al cariño,
que Dios nos bendijo: gracias, papá,
porque tu amor fue el ejemplo,
que, hoy día, florece en todos tus hijos.
Gracias, papá, porque tu amor fue el ejemplo,
que, hoy día, florece en todos tus hijos.

TE QUIERO, PAPÁ.