Paisaje de invierno

La ventisca se ensañó en mi pecho,
quiso que yo fuera capital de enero.
La borrasca me arañó la sien,
maquiavélica sin ley,
en la llaga de mi piel clavó sus uñas de hielo.

Me quedé atrapado en la avalancha.
Del latido de mi sangre sólo queda escarcha.
Me pregunto dónde estabas tú
cuando me quedé sin luz,
sin siquiera un abedul,
hecha pura nieve mi alma.

Pero ¿Dónde está el sol?
¿Qué playa lo robó?
¿Qué drama, qué teatro, lo ocupó en su plató?
¿Qué inventor de fetiches con trampas la engañó
para hacerla un afiche en su abrazo sin chiste?

Pero ¿Dónde está el sol?
Irresponsable y loco?
¡Que no ves que no hay bufandas para el corazón!
Que los barcos de mis venas
encallados no llegaron a tus ojos,
que se agripa tu poema si lo dejas solo.

El glaciar hizo un iglú del beso
que con tu nombre yo abrigué con celo.
Un iceberg me sirvió de almohada,
si sobrevivo a esta nevada
es porque con mi guitarra
pude hacerme un trineo.

Catacumbas de orquídeas y dragones,
mi cuerpo que era selva ahora es una morgue.
Se hizo granizo el madrigal
que me colgaba en el ojal.
Se me hizo piedra el mar,
costura el horizonte.

Pero ¿Dónde está el sol?
¿Qué playa lo robó?
¿Qué drama, qué teatro, lo ocupó en su plató?
¿Qué inventor de fetiches con trampas la engañó
para hacerla un afiche en su abrazo sin chiste?

Pero ¿Dónde está el sol? Irresponsable y loco?
¡Que no ves para esquimal no tengo vocación!
Que por mis ojos se arrojan
mis cronopios me abandonan
y es que vieron que allá adentro no hay alondras
si no este paisaje de invierno.

Por dentro soy un paisaje de invierno.