Nunca más será primavera en tu clítoris

Nos queda tanto para ser algo
y a la vez tan poco para no ser nada,
que ciego perdido te llamo
y al primer pitido cuelgo por miedo a que no respondas la llamada.
Los cristales lloran carmín y dibujan tu nombre,
evito el reflejo, me alejo pero no se hacia dónde.
El asfalto de tu calle quema
pero he caminado tanto que ni espero que apenas me duela.
Llevo dos gramos más a cuestas
la ansiedad de mí pero ni aun así aprendo la moraleja.
Supongo que a base de palos lo malo se supera
hasta encontrar otro problema que le de cuerda.
Al motor del dolor, escalofríos, frío y sudor.
Entonces esto es sangrar por amor.
Quien me conoce conoce mi situación,
es decir, corazón y lo demás pura ficción.
Hoy entré al baño donde escribiste mi nombre
y lo taché, paso que mi fracaso sea un secreto a voces.
Mendigo roces en las esquinas donde decías
que me querías con tus ojitos de bronce.
Le pego patadas a una piedra hasta encontrarme,
evitando el silencio que se empeña en hablarme.
Dejando la esperanza a parte,
porque descubrí que hablar de ti significa autolesionarme
Me autoconvencía de que solo llegabas tarde,
no creía que serías capaz de abandonarme.
Como un niño sigo esperándote en el parque
jugando al escondite con el orgullo hasta que me mate.
Siempre es invierno cuando no me besas
y el alcohol es quien me ayuda a calmar la hipotermia.
Desprecié la primavera
no más margaritas susurrándoles que quiero que me quieras
Corriendo hacia la locura queriendo escapar de ti
enterré todas mis letras pa' hacerte un jardín,
ahora arráncalas y tíralas al mar
que la sal curará las heridas de cada rosal.
Viéndote a través de un vaso medio vacío
con miedo a dar el paso de pedirte matrimonio
hago un sacrificio, me suicido
y así lo doy paso a aquel otoño que pudo haber sido.
Escribo para que las palabras no sean tiempo ¿vale?