Necesito una oreja

Es hora de decir algo, algo que tengo guardado,
guardado como un buen libro, un buen libro engendrado,
engendrado por la bronca, bronca de lo cotidiano,
cotidiano como el suelo, se hace pueblo acostumbrado,
acostumbrado a la moda, moda de pensar en blanco,
blanco en esos corazones, corazones desgastados,
desgastados por los sueños, sueños muertos de un olvido,
olvido que ya es hora, es hora de decir algo...

Yo necesito una oreja!
Alguien que quiera escucharme un rato.
Necesito una oreja...

La de un Dios que se hizo ateo, un político sincero,
un maestro en la memoria, un "Don Nadie" haciendo historia.
Que me escuchen los enfermos, los que aun están en la cola,
los obreros y operarios, y los loquitos del Borda,
los amigos en las malas, artistas comprometidos,
los que duermen en la calle, y los que son sometidos,
a los que andan en la noche, los que laburan temprano,
los del Mate y Cerveceros, mis padres y mis hermanos... Yo necesito una oreja!
Alguien que quiera escucharme un rato.
Necesito una oreja...

La de un revolucionario, uno que viva en el barrio,
la de un héroe verdadero, cualquiera que quiera serlo,
la de un cura en la villa que no lo importe su silla,
un presidente inofensivo que viaje en el colectivo,
la de una mujer de piedra que no llora por novelas,
la de un padre que da todo por su familia contenta.
Es hora de decir algo, algo que tengo guardado,
necesito una oreja, aunque sea una mano...

Yo necesito una oreja!
Alguien que quiera escucharme un rato.
Necesito una oreja...
Necesito una oreja...
Necesito una oreja...