Nada

Si tú hubieras querido
yo te habría querido hasta el final
en una casa blanca
de tardes frente al mar.

Si tú hubieras querido
el mundo entero habría dado igual.
Pero no has querido,
pero no has podido
y sólo queda nada.

Nada, nada.
Después de todo, nada.
Nada, nada.
Sólo colores y manzanas.
Nada, nada.
Sólo memoria y agua.
Nada, nada.
Sólo el camino a casa.

Si tú hubieras querido
qué hermosa guerra, qué hermosa paz
y a la mañana, besos
y rebanadas de pan.

Si tú hubieras querido
el pájaro se habría quedado a cantar
pero está tan triste, pero está tan ciego
que sólo sabe volar. Nada, nada.
Después de todo, nada.
Nada, nada.
Sólo colores y manzanas.
Nada, nada.
Sólo silencio y agua.
Nada, nada.
Sólo el camino a casa.

Si tú hubieras querido
yo hubiera procurado mermelada de felicidad
con tu noche de almíbar
y mi beso de sal.

Porque si tú hubieras querido
quién sabe de qué habría sido capaz.
De darte mis ojos, de darte mis horas
y mi soledad.

Pero nada, nada.
Después de todo, nada.
Nada, nada.
Sólo colores y manzanas.
Nada, nada.
Sólo desmemoria y agua.
Nada, nada.
Sólo el camino a casa.

Nada, nada, nada, nada
y esta lluvia que no para.
Nada, nada, nada, nada
y esta lluvia que no para.
Nada, nada, nada, nada
y esta lluvia que golpea
en mi ventana.