Musa

Pedías una canción
que inmortalice este amor
y que, si acaso, te nombre.
Pedías una canción
con tinta del corazón
y que de paso te asombre.

Era una prueba de amor
en una escala mayor,
una que aún no conoces.
Era la prueba final
de que este amor es real
y no solo una pose.

Pero déjame contarte
lo difícil, de este arte
la felicidad no es parte
de lo que acostumbra inspirarme.

Le dije mi vida no sé qué hacer
y es que contento yo no suelo componer.
No forma parte de mi vocación,
pues la alegría desborda mi inspiración.
Yo sé hablar de mi pesar,
de lo que me cae mal,
de lo que me pone triste.
Y es que mi creatividad,
no surge en felicidad,
no es eso posible. Pero hoy algo ha cambiado,
hoy que no estás a mi lado.
Levanta polvo el pasado,
dejando un recuerdo añorado.

Y terminamos con la relación,
y de golpe surgió toda la inspiración.
Hecho a volar la imaginación,
para sacar de mí toda esta frustración.
Sé que no hay nada que inmortalizar,
pero es el modo que conozco para recordarte.
Sé también que de nada servirá,
tú estás a miles de kilómetros y yo acá.

Sentado como un huevón,
componiendo una canción
que seguro nunca escucharás.
La ironía final,
de que cuando ya no estás,
desde tan lejos, recién te puedo cantar.

Musa de inspiración…