Milagro

Había un convento
que era milagroso,
con una fuente
en su patio interior.

Si una mujer
se agachaba y bebía,
era preñada
por gracia de Dios.

Eran cientos
las mujeres que iban,
a este convento
todas en procesión.

En la fuente,
inclinadas bebían,
detrás un fraile
para hacer "oración".

Mientras tanto los maridos
agradecían el favor,
daban comida y bebida
daban dinero al prior.

¡¡Milagro!!
¡¡Milagro!!
demos gracias a Dios.

¡¡Milagro!!
¡¡Milagro!!
repetía el prior.

¡¡Milagro!!
¡¡Milagro!!
y los frailes contentos. ¡¡Milagro!!
¡¡Milagro!!
por hacer "oración".

Un día el Papa
se fue hasta el convento,
y al ver allí
a tanta mujer.

Mandó sacar
la fuente a la puerta,
que así las cosas
tenían que ser.

Y aunque a la puerta
ellas seguían yendo,
y se agachaban
a la fuente a beber.

Como los frailes
no ayudaban con "rezos",
de aquella fuente
ya no hubo más bebés

Y aunque entonces los maridos
se olieron el pastel,
por no admitir el engaño
culparon a Lucifer.

¡¡Milagro!!
¡¡Milagro!!
demos gracias a Dios.

¡¡Milagro!!
¡¡Milagro!!
repetía el prior.

¡¡Milagro!!
¡¡Milagro!!
y los frailes contentos.

¡¡Milagro!!
¡¡Milagro!!
por hacer "oración".