Los locos

Linda tarde pa’ un suicidio,
dijo un loco enajenado,
a otro loco maltratado,
que no cobraba el subsidio.
Las neuronas, cual ofidio,
habían mordido profundo,
y el seso otrora fecundo,
de vida social, y plena,
envenenado condena,
a vivir en otro mundo.

El otro… Capaz que sí,
siempre que el sol ilumine.
Cuando mi vida termine,
será que me guste a mí.
No sé bien cuándo viví,
o si ese cuando es ahora.
Tengo una oreja cantora,
otra que no dice nada.
La pastilla colorada,
pa’ mi que me desmejora.

Yo tomo una verdecita,
la tomaba de mañana,
pero un día hice macana,
y ahora es de tardecita.
Vino una tal Teresita,
batiendo que era pariente.
Yo no seré inteligente,
pero al toque me dí cuenta.
Pa’ que estuviese contenta,
y le seguí la corriente. El sol encandila el valle,
el kioskero se impacienta.
Busca el cambio de cincuenta.
Me olvidaba ese detalle:
Un loco cruza la calle,
el otro espera su vuelto
Después lo sigue resuelto;
y no estén tan asombrados.
Porque no están internados,
los locos hoy andan sueltos.