Las piernas del tiempo

Las calles veían todos los días lo mismo
hasta que tus piernas las sacaron de aquel abismo.
Dolía mirarte y saberte desconocida, doy fe.
Nunca fui de armas tomar, pero verte despertó mi sed.
Mi vergüenza jugo de local, de visitante mi corazón.
Mi osadía solo me permitía mirarte desde el más difícil rincón.

Se asesinaban las miradas, se acariciaban sin saber.
Yo te mostraba solo una esquina de todo lo que podías ver

El primer beso lo mediaron las copas,
nos gritaban al oído y no sonaban tan locas.
Se creaban ilusiones, se estrellaban y resultaban ilesas.
No me acuerdo bien cuando te instalaste a mi cabeza,
Fue la mudanza más espontánea que ningún hombre puede prever.
Fue dar el primer pasito y ya querer correr.

Meses después mis sentidos fueron testigos de tu pasión.
Festín de sensaciones, circo de placeres, acorde de canción.

Cada tanto hicimos malabares con el pasado y el dolor,
apostábamos la vida a que esto era prueba y error.
Tiempo más tarde, todavía bailo con la más linda del lugar.
Los zapatos se gastan, pero las piernas bailan igual.

La pieza faltante de este rompecabezas tenia nombre de mujer.
Mi mejor canción siempre será tu risa, siempre cuando la pueda ver.
Tu ropa hoy sigue siendo esa cortina, que quiero correr.

Sólo te pido que no apagues esta locura, no silencies esta voz
ni estos sentidos malditos que sólo sienten si estás vos.
Pasado el tiempo, nos reímos de nuestras penas,
las dejamos en ridículo y las desterramos de nuestras venas.
Le hacemos cosquillas al futuro, por mas oscuro que sea.
Si podemos eternizarnos en canción, que así sea.

Cuantos horizontes nuevos me hiciste descubrir bajo el mismo cielo viejo.
Cada caricia al alma es excusa y razón de festejo.
Siempre quise que mis frases se marcaran en tu piel.
Sos la gloria disfrazada de mujer.

La pieza faltante de este rompecabezas tenia nombre de mujer.
Mi mejor canción siempre será tu risa, cuando la pueda ver.
Tu ropa hoy sigue siendo esa cortina que quiero correr.