Las fotos que no están

Una mañana parecía tarde,
desayunaron con arena y miel.
Se reprochaban más que algunos versos
mientras sonaba ese silencio cruel.

Miró sus ojos, fue como un espejo,
la ficha al fin les comenzó a caer.
Se rasguñaba de bronca adentro,
fruta preciosa no quiere ceder…

Decile qué hacer
con toda esa lluvia
que tiene en los ojos,
no entiendo por qué
todavía no inundó la capital.
Me quedo observando,
el nudo se va ajustando,
no pueden respirar.

Desanuda
y grita fuerte
por las fotos que no están,
se limpió el alma,
la puso a remojar.
Quedan horribles
las valijas en la puerta,
tan absurdo todo si te vas.

Es el tipo loco
que te tiró el castillo de naipes,
pero también,
quien te lo ayuda a levantar.



Quiero, siempre,
patear la adversidad,
aunque tenga
la balanza que ajustar.

Te cuento también
que él anhela
que termine la semana
y verte otra vez,
es el eje de este amor.
Pedile de nuevo
que te cante esa canción para llorar,
y descargar la mufa a tierra.

Y que no se guarde nada,
lo tuyo es tuyo por default.
Para volver a sonreír,
no hace falta el criterio,
ni apelar a una razón,
nunca niegues un intento.
A la sangre
la mueve el corazón.