La semilla

A chocar una vez más contra los muros:
una lágrima que rueda y te hace un nudo.
Esas flores van a dar la semilla —ya sabés—
que se muerde en el rincón para olvidar.

Y dormir mientras trompea la mentira;
despertar y jugar solo a la escondida.
Cuando el fato fuiste vos
no hay un bar dónde correr:
huele mal si andás mirando de costado
(¡careta en cualquier lado!).

No quiero verte más así,
mendiga de respuestas.
No vayas a volver por mí
con tu tocado a cuestas.
Envolviéndote de adiós.
Transpirando tu veneno,
se queman las astillas de tu amor.
(no hay más que cenizas).

La nevada me inundó
de la paz que me perdí:
ya no pinto sobre cuadros terminados...
(¡me jode demasiado!).

Mirá, se escucha el viento...
Mirá que pasa el tiempo...
¿Sentís lo que yo siento?
Un viento huracanado que me deja sonreír...