Letra de La puebla
Quelentaro
Me vine tranqueando a pie
Para pensar mí camino.
Venia de talar montes
Ondriando el astil del hacha,
Y hasta, a veces, sin quererlo,
Me pillé apurando el tranco.
Uno entona por cantar
Sin pensar en lo que canta.
Una tonada entre dientes
Me apadrinaba bajando.
Me desmonté de mi canto
Cuando dentré al potrerillo,
Y fui picando un silbido,
Un silbido livianito.
Luego entraría al corral,
Y un poco antes de las casas
Divisaría mi puebla;
Una tierrita matrera,
Pal aguilón del arado,
Y con partecitas buenas;
Sea pa pasto o pa chacra.
Poquito riego botao
Y unas manchitas de arena. El jutre me había dicho
Que me compraba la puebla,
Por estar cercana a las casas,
Unas leguas, casi nada,
Y ofertaba buena plata.
Yo tenía una ranchita
Con un cercado de pirca,
Un corral para los chivos,
La cocina retirada.
Un yugo corto, pa tiro,
Y uno largo, pa la emparva.
Una carreta y la yunta,
Y otros aperos variados;
No pecando de falsario,
Yo era un hombre acomodao.
Cuando me olieron venir
Movieron cola los perros,
Venida un poco cansao,
Pero un cansao contento.
¡El jutre vino a guerrear!,
Fue el saludo de mi vieja,
Mientras colgaba el sombrero.
“Guerree lo que quiera
Hasta que le hinche la pana;
Yo mi puebla no la vendo”.
Y me arrimé a la cazuela.
No hay como la casa de uno
Para sacarse el camino,
Sacarse el sueño y el vino,
Y todo lo que se ve
Lo han hecho las manos de uno
O un recuerdo del abuelo. Pero el jutre era mañero
Y empezó a hurguetear las leyes,
Y yo, que soy orejano
Comencé a atascar el freno;
¡Yo mi puebla, no la entrego!
No entiendo de papeleos.
Mejor será que pregunte
¿Quien desbravó los potreros?,
¿Quien fue sacando las piedras
Para hacer de pirca el cerco?
¿Y quien amansó el estero
Pa hacer la tierra de riego?
¡Yo tengo confianza en Dios,
No en las corbatas del pueblo!
Él me puso un tinterillo,
Yo me puse las espuelas.
Lo saqué a argollazo limpio,
Andaban en mis potreros.
No lo traigan por testigo,
El ni conoce el terreno.
Ahí están los Matamala;
Gente como yo, del cerro.
Pregúntenle a los Martínez;
Me conocen desde nuevo.
No me traigan forasteros.
Pero armó tanto barullo,
Vinieron carabineros
Y me echaron por ladrón.
Me espantaron el ganao,
Y a punta de carabinas,
En amenaza de prisión,
Me sacaron pal camino.
Iba resollando fuerte,
Quería respirar todo el aire
De mis potreros,
Y toda mi mala suerte
Se fue conmigo al sendero.
¡Mañero! ¡Mañero!
¡Entrañas de buitre!
Malaya, te parta un rayo,
O se te sequen los ojos.
Los árboles de mi huerto
Han de volvérsete añeros.
Azótalos pa San Juan,
Han de volvérsete añeros.
¡Perro!
¡Perro, nacío maldito:
Que reviente tu piojera!
Todo fruto mal habido
Ha de ser hiel en tus manos
Y pantano mis potreros,
Y en un día tormentoso
Perderás rumbo a un sentido.
Santa Bárbara, bendita,
Sus trigos cardos de espina.
¡Santa Bárbara, maldita!
Que reviente como sapo,
Y así sea por los siglos de los siglos.
¡Así sea!
¡Yo tengo confianza en Dios,
No en las corbatas del pueblo!
Estoy citao a comparendo,
A mí me van a creer.
Llevo una foto de mi abuelo
El día de los tijerales,
Retratao frente al peumo.
Yo nací por estos trigos,
El jutre nació en el pueblo.
¿Nos quitarán el terreno?
Tenemos hecha una manda, una manda,
Virgen Santa del Carmelo,
Que si me ganan el pleito
Pa onde volveré los ojos
¡Todo el suelo tiene dueño!
Si cada cuarta en la tierra
Tiene su pedazo e cielo,
Nos van a quitar la gloria.
Virgencita del Carmelo.
Adiós madre, suspiramos
Con gemidos y sollozos.
Llevo una foto e mi abuelo,
Sin encontrar otro gozo
En el valle en que lloramos.
Retratao frente al peumo,
Y pues por vos esperamos consuelo,
Consuelo en nuestra orfandad,
¡Virgen Santa del Carmelo
Válganos nuestra piedad!
Virgen Santa del Carmelo
Válganos nuestra piedad,
Nos van a quitar el terreno,
Virgen Santa del Carmelo.
Para pensar mí camino.
Venia de talar montes
Ondriando el astil del hacha,
Y hasta, a veces, sin quererlo,
Me pillé apurando el tranco.
Uno entona por cantar
Sin pensar en lo que canta.
Una tonada entre dientes
Me apadrinaba bajando.
Cuando dentré al potrerillo,
Y fui picando un silbido,
Un silbido livianito.
Luego entraría al corral,
Y un poco antes de las casas
Divisaría mi puebla;
Una tierrita matrera,
Pal aguilón del arado,
Y con partecitas buenas;
Sea pa pasto o pa chacra.
Poquito riego botao
Y unas manchitas de arena. El jutre me había dicho
Que me compraba la puebla,
Por estar cercana a las casas,
Unas leguas, casi nada,
Y ofertaba buena plata.
Yo tenía una ranchita
Con un cercado de pirca,
Un corral para los chivos,
La cocina retirada.
Un yugo corto, pa tiro,
Y uno largo, pa la emparva.
Una carreta y la yunta,
Y otros aperos variados;
No pecando de falsario,
Yo era un hombre acomodao.
Movieron cola los perros,
Venida un poco cansao,
Pero un cansao contento.
¡El jutre vino a guerrear!,
Fue el saludo de mi vieja,
Mientras colgaba el sombrero.
“Guerree lo que quiera
Hasta que le hinche la pana;
Yo mi puebla no la vendo”.
Y me arrimé a la cazuela.
No hay como la casa de uno
Para sacarse el camino,
Sacarse el sueño y el vino,
Y todo lo que se ve
Lo han hecho las manos de uno
O un recuerdo del abuelo. Pero el jutre era mañero
Y empezó a hurguetear las leyes,
Comencé a atascar el freno;
¡Yo mi puebla, no la entrego!
No entiendo de papeleos.
Mejor será que pregunte
¿Quien desbravó los potreros?,
¿Quien fue sacando las piedras
Para hacer de pirca el cerco?
¿Y quien amansó el estero
Pa hacer la tierra de riego?
¡Yo tengo confianza en Dios,
No en las corbatas del pueblo!
Él me puso un tinterillo,
Yo me puse las espuelas.
Lo saqué a argollazo limpio,
Andaban en mis potreros.
No lo traigan por testigo,
El ni conoce el terreno.
Ahí están los Matamala;
Gente como yo, del cerro.
Pregúntenle a los Martínez;
Me conocen desde nuevo.
No me traigan forasteros.
Pero armó tanto barullo,
Vinieron carabineros
Y me echaron por ladrón.
Me espantaron el ganao,
Y a punta de carabinas,
En amenaza de prisión,
Me sacaron pal camino.
Iba resollando fuerte,
Quería respirar todo el aire
De mis potreros,
Y toda mi mala suerte
Se fue conmigo al sendero.
¡Mañero! ¡Mañero!
¡Entrañas de buitre!
Malaya, te parta un rayo,
O se te sequen los ojos.
Los árboles de mi huerto
Han de volvérsete añeros.
Azótalos pa San Juan,
Han de volvérsete añeros.
¡Perro!
¡Perro, nacío maldito:
Que reviente tu piojera!
Todo fruto mal habido
Ha de ser hiel en tus manos
Y pantano mis potreros,
Y en un día tormentoso
Perderás rumbo a un sentido.
Santa Bárbara, bendita,
Sus trigos cardos de espina.
¡Santa Bárbara, maldita!
Que reviente como sapo,
Y así sea por los siglos de los siglos.
¡Así sea!
¡Yo tengo confianza en Dios,
No en las corbatas del pueblo!
Estoy citao a comparendo,
A mí me van a creer.
Llevo una foto de mi abuelo
El día de los tijerales,
Retratao frente al peumo.
Yo nací por estos trigos,
El jutre nació en el pueblo.
¿Nos quitarán el terreno?
Tenemos hecha una manda, una manda,
Virgen Santa del Carmelo,
Que si me ganan el pleito
Pa onde volveré los ojos
¡Todo el suelo tiene dueño!
Si cada cuarta en la tierra
Tiene su pedazo e cielo,
Nos van a quitar la gloria.
Virgencita del Carmelo.
Adiós madre, suspiramos
Con gemidos y sollozos.
Llevo una foto e mi abuelo,
Sin encontrar otro gozo
En el valle en que lloramos.
Retratao frente al peumo,
Y pues por vos esperamos consuelo,
Consuelo en nuestra orfandad,
¡Virgen Santa del Carmelo
Válganos nuestra piedad!
Virgen Santa del Carmelo
Válganos nuestra piedad,
Nos van a quitar el terreno,
Virgen Santa del Carmelo.
Letra de La Puebla de Quelentaro
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