La pena de la lentitud

Lentitud afulgente agobiante y envolvente,
Me traes demente en estos días de muerte,
Te veo burlarte, taladrante y latente,
Tan constante y desgarrante como siempre.
Los mensajes llegan tarde y oxidados,
Los que apaciguan a un corazón empachado,
Vomitando de tanta rutina lenta,
A pasos enanos me descontentas.
Parecen de menta esos labios,
Malvados son, engañosos aún más,
Pensar tanto supuestamente es de sabio,
Pero entre más pienso, más me quiero matar.
Estas ventanas están tan veteadas,
El pasar del tiempo es tan acelerado,
Mis entretenimientos sólo me enfadan,
Su lentitud desampara a éste malparado.
Agh... Cuanto descaro e injusticia,
Parece que la coherencia se hizo trizas,
Pues los años pasan tan deprisa,
Pero mis sonrisas con flema me suplician.
Y es que todo corre tan lento...
Desde el celular a la computadora,
Desde mi andar hasta mi sufrimiento,
Lo único rápido es el pasar de las horas.
Tan veloz y engreído, desesperante,
Reduces mi felicidad a instantes.
Pedante, me alejas de esas personas,
Que no veo siempre y siempre me emocionan.
Luego termino en casa rabioso,
Una furia que se clava como espina,
Tan tonto que decaigo por esos rostros,
Que están sonriéndome en cada esquina.
Hay música atrás mío y me aturde,
Hay complejos adelante que me hunden,
Debajo, raspando mis pies está la duda,
Y arriba tu sonrisa, mi única ayuda.
Aunque una ayuda un tanto insólita,
Una inhóspita atadura me recubre,
Eres bienestar e incertidumbre,
Una cumbre tórrida y tóxica. Acélerate, acélerate,
Mejor párate, mejor párate,
Sólo déjame, sólo déjame,
Es la pena de la lentitud...

La barra carga tan lento,
Y éste estrés me está matando,
Soy como un pájaro ciego,
Que sueña con salir volando.

Entre tanta enfermante morosidad,
El desventurado contagiado por la misma,
Esperó una salvación casi celestial,
Por la carpanta de relatar su estigma.
Las fechorías cometidas en el pasado,
Dejan desprolija el alma de un desdichado,
Sólo quiero quedarme de nuevo atontado,
Por mis sentimientos de joven enamorado.
Me perderé un poco de mis alrededores,
Salival, dile a mis ojos que no lloren.
Estoy cansado de escuchar una televisión,
De los gritos al llegar a mi casa,
Sólo quiero escuchar una canción,
A ver si la fantasía de nuevo me rapta,
Su secuestro es un respiro para éste colmo,
Música y yo, un síndrome de estocolmo...

Acélerate, acélerate,
Mejor párate, mejor párate,
Sólo déjame, sólo déjame,
Es la pena de la lentitud...

La barra carga tan lento,
Y éste estrés me está matando,
Soy como un pájaro ciego,
Que sueña con salir volando.