La mujer que quiero

¿Qué sabes tú de los insomnios que da
tu mano en la mía después?

Cuando se me derrumba la habitación,
y vengo y voy desde la cama hasta el televisor,
viendo sin ver, de tantas vueltas que doy al porques de tu no.

La educación nos pone un freno interior, que mata lo bello que hay
en el potro salvaje de un gran amor,
que a nuestra edad, debe ser libre y saltar sobre cualquier pared.

Mujer, la mujer que yo quiero un pedazo de hielo no puede ser,
la mujer que yo quiero tiene un infierno bajo la piel.

Digo que sí, que te respeto, y si así lo quieres, mejor no insistir,
que la naturaleza cumpla la ley, por la que sé
que los planetas alguna vez se dejan ir
hasta chocar enredándose fuera de si. Mujer, la mujer que yo quiero un pedazo de hielo no puede ser,
la mujer que yo quiero lleva un incendio bajo la piel.

Mujer, la mujer que yo quiero no fuma incienso para dormir,
la mujer que yo quiero vela despierta pensando en mi.

Mujer, la mujer que yo quiero un pedazo de hielo no puede ser,
la mujer que yo quiero tiene un infierno bajo la piel,
la mujer que yo quiero no fuma incienso para dormir,
la mujer que yo quiero vela despierta pensando en mi.