La china y laureano

Eran la China y Laureano,
nativos de Altamirano,
famosos en Tierra Caliente,
en el arte culinario,
siempre decían presente
en la feria de cada poblado.

Colorido su lenguaje,
interesante era escucharlo,
se echaban de arriba abajo,
como si estuvieran peleando,
eran muestras de cariño,
se las estaban demostrando.

Empedernidos en los azares,
adoraban jugar los naipes,
trasnochaban las jugadas,
tenían modo de apostarle,
gritaban: cierren la puerta gente,
como lo hacen en el palenque.

El rumbo del destino,
tiene algún tramo torcido,
una típica molestia ufana,
a Laureano dejaba en cama,
la mujer que era su vida,
en atole la muerte le daba.

Al darse cuenta que su amado,
moría envenenado,
en un jarro con tequila
entre carcajadas revolvió,
lo doble del mismo veneno,
y a su costado se acurrucó.