Historias de la prehistoria

Vengo de la prehistoria hace diez mil años atrás,
mi papa se llama Homo y Sapiens es mi mamá.
Tengo dos hermanitos Habilis y Erectus
y también un dinosaurio con la cara de avestruz.

Vivo en una caverna de la colonia más nice,
viajo en el metrosaurio para irme a estudiar,
juego en mi compupiedra a una gran velocidad,
internet de roca ancha contrató ya mi papá.

Si estás ahí, pon atención,
porque soy un niño de Cromagnon,
puedes reír, cual Neandertal
de historias de la prehistoria sin par.

Cuando voy a la escuela si me encuentro a un Neandertal
sobre su mastodonte, sin dudarlo, pido un ride.
Pero me desespera de tan lento que éste va,
a ver si no llegamos hasta la era del metal.

Juego con mis hermanos un jueguito algo letal,
subo en mi dinosaurio cuando mas hambriento está,
ellos salen corriendo con locura sin igual,
vamos detrás de ellos para ver quién corre más.

Si estás ahí, pon atención...

Tatosaurio, carnalito,
hominido paleosaurio,
va con Andrez de las cavernas,
el artista cuaternario.

A pedirle que se tomen,
sin importar lo que les cueste,
con Chuz, Otto e Ivanodonte,
una selfie bien rupestre.

Si es que estoy aburrido y mis labores terminé,
creo que haré una artefacto ¡Rueda! Así le nombraré.
Luego algunos sonidos con mi voz practicaré,
después de unos intentos el lenguaje inventaré.

Cuando se hace de noche yo no pierdo la ocasión
de usar mis pedernales pa’ que entremos en calor.
Ya estando en la fogata cantamos esta canción
y la dedicaremos a la próxima extinción.

Si estás ahí, pon atención...