Letra de Historia de enamorados
Antonio Jose Aguilar
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La vida tiene senderos difícil de cabalgarlos
Y el que peca por su culpa a ese se lo lleva el diablo
En un ranchito de palma en un humilde poblado
Nació un niño el cual la madre lo llamaría Juan Eduardo
La partera de Juancito con su vestido chorreado
Pero con delicadeza y un amor puro y humano
Ayudo a parir la hembra la cual quedo en mal estado
La madre miro a su hijo y observo que estaba sano
Voltio a mirar la partera y a ella extendió su mano
Amiga me estoy muriendo esto broto de su labios
Esto broto de sus labios
Te dejo mi muchachito, yo se que vas a cuidarlo
Enséñale quien es Dios, porque mi Dios va a ayudarlo
Ahora me tengo que ir, siento dolor al dejarlo
Pero me contenta mucho, que va a vivir a tu lado
Al decir esto murió, todo se quedo enlutado
La partera enmudeció, mirando por todos lados
Pero el llanto de aquel niño, la hizo reaccionar temprano
Y abrazo a aquel muchachito como un humilde regalo
Había una hermosa ciudad, cerquita de aquel poblado
Y otra noble parturienta realizo el mismo mandado
En aquel preciso instante en que nació aquel chavalo
Nació una hermosa bebita de ojos saltones y claros
Su padre muy orgulloso y bastante adinerado
Hizo una fiesta a lo grande solo para millonarios
Donde no se viera un pobre ni negro por ningún lado
Los niños fueron creciendo cada uno por su lado
Pero el destino los une al cursar el primer año
Y un flechazo de Cupido los dejaría enamorados
Los dejaría enamorados
Jugueteaban, se reían, se acariciaban las manos
Como el muchacho era pobre, no portaba ni un centavo
A ella no le importaba compartir con él su helado
Así fue pasando el tiempo hasta que un día se graduaron
La chica bastante alegre, abraza a su enamorado
El chico también lo hace, pero está muy preocupado
¿Nos volveremos a ver?
Pregunta desesperado
Y tiernamente ella dice, no vamos a separarnos
Se presenta ante sus padres, con su príncipe encantado
El dice decentemente lo que ambos prepararon
Quiero casarme con ella y seguimos estudiando
Pero el padre le contesta
¿Qué es lo que te está pasando?
En la cara se te nota, que tu eres un pobre diablo
La madre no dijo nada, pero no quiso ayudarlos
El muchacho con vergüenza, y sintiéndose humillado
Se paró de aquel sofá donde se hallaba sentado
Y dijo no se preocupen, que si es por cuatro centavos
Regresare con riqueza para ponerla a su lado
A los diez años volvió, altivo y civilizado
Con tremenda limosina y un título de abogado
Al frente de la mansión, de su amorcito anhelado
Se estaciono sintiéndose, el corazón desbocado
Al ver la mansión en ruinas, creyó estar equivocado
Y al buscar una respuesta, se encontró con un anciano
Con una barba grotesca, tembloroso y arrugado
El viejo da explicación, de lo que allí había pasado
La muchacha se sintió el corazón destrozado
Decidió marcharse lejos, todavía no ha regresado
La madre se volvió loca al ver lo que había pasado
Y tratando de curarla, quedaron sin un centavo
Es entonces cuando Juan, miro bien a aquel anciano
Y dijo no puede ser, tu eres el viejo malvado
Que sin medir consecuencias, me trato de pobre diablo
Mientras el viejo le dice, muchacho ya yo he pagado
Al perder mis dos tesoros, creo que pague mis pecados
Y Juancito le responde, por mi ya estas perdonado
No sé si Dios te perdone, por hacernos tanto daño
Y dicho esto se marcho, se dirige a aquel poblado
Al llegar a aquel ranchito, lo encuentra todo cambiado
Con animales de cría, y flores por todos lados
Lo recibe su viejita, llora mucho al abrazarlo
Y le dice en el oído, hijo no tengas cuidado
La novia que usted perdió, conmigo tiene siete años
Ha trabajado bastante, y hasta tenemos ganado
Y la partera abrió paso, este se quedo asombrado
Al contemplar a su amada, creyó que estaba soñando
Se abrazaban, se besaban y de la emoción lloraron
Buscaron los padres de ella, en esos días se casaron
La madre de ella sano
Y el viejito alcoholizado, juro no beber más nunca
Con tal de ser perdonado
Que esto sirva como ejemplo, a todos los suegros malos
Que vivan los matrimonios
vivan los enamorados
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La vida tiene senderos difícil de cabalgarlos
Y el que peca por su culpa a ese se lo lleva el diablo
En un ranchito de palma en un humilde poblado
Nació un niño el cual la madre lo llamaría Juan Eduardo
La partera de Juancito con su vestido chorreado
Pero con delicadeza y un amor puro y humano
Ayudo a parir la hembra la cual quedo en mal estado
Voltio a mirar la partera y a ella extendió su mano
Amiga me estoy muriendo esto broto de su labios
Esto broto de sus labios
Te dejo mi muchachito, yo se que vas a cuidarlo
Enséñale quien es Dios, porque mi Dios va a ayudarlo
Ahora me tengo que ir, siento dolor al dejarlo
Pero me contenta mucho, que va a vivir a tu lado
Al decir esto murió, todo se quedo enlutado
La partera enmudeció, mirando por todos lados
Pero el llanto de aquel niño, la hizo reaccionar temprano
Y abrazo a aquel muchachito como un humilde regalo
Había una hermosa ciudad, cerquita de aquel poblado
Y otra noble parturienta realizo el mismo mandado
En aquel preciso instante en que nació aquel chavalo
Nació una hermosa bebita de ojos saltones y claros
Su padre muy orgulloso y bastante adinerado
Hizo una fiesta a lo grande solo para millonarios
Donde no se viera un pobre ni negro por ningún lado
Los niños fueron creciendo cada uno por su lado
Pero el destino los une al cursar el primer año
Y un flechazo de Cupido los dejaría enamorados
Los dejaría enamorados
Como el muchacho era pobre, no portaba ni un centavo
A ella no le importaba compartir con él su helado
Así fue pasando el tiempo hasta que un día se graduaron
La chica bastante alegre, abraza a su enamorado
El chico también lo hace, pero está muy preocupado
¿Nos volveremos a ver?
Pregunta desesperado
Y tiernamente ella dice, no vamos a separarnos
Se presenta ante sus padres, con su príncipe encantado
El dice decentemente lo que ambos prepararon
Quiero casarme con ella y seguimos estudiando
Pero el padre le contesta
¿Qué es lo que te está pasando?
En la cara se te nota, que tu eres un pobre diablo
La madre no dijo nada, pero no quiso ayudarlos
El muchacho con vergüenza, y sintiéndose humillado
Se paró de aquel sofá donde se hallaba sentado
Regresare con riqueza para ponerla a su lado
A los diez años volvió, altivo y civilizado
Con tremenda limosina y un título de abogado
Al frente de la mansión, de su amorcito anhelado
Se estaciono sintiéndose, el corazón desbocado
Al ver la mansión en ruinas, creyó estar equivocado
Y al buscar una respuesta, se encontró con un anciano
Con una barba grotesca, tembloroso y arrugado
El viejo da explicación, de lo que allí había pasado
La muchacha se sintió el corazón destrozado
Decidió marcharse lejos, todavía no ha regresado
La madre se volvió loca al ver lo que había pasado
Y tratando de curarla, quedaron sin un centavo
Es entonces cuando Juan, miro bien a aquel anciano
Y dijo no puede ser, tu eres el viejo malvado
Que sin medir consecuencias, me trato de pobre diablo
Mientras el viejo le dice, muchacho ya yo he pagado
Al perder mis dos tesoros, creo que pague mis pecados
Y Juancito le responde, por mi ya estas perdonado
No sé si Dios te perdone, por hacernos tanto daño
Y dicho esto se marcho, se dirige a aquel poblado
Al llegar a aquel ranchito, lo encuentra todo cambiado
Con animales de cría, y flores por todos lados
Lo recibe su viejita, llora mucho al abrazarlo
Y le dice en el oído, hijo no tengas cuidado
La novia que usted perdió, conmigo tiene siete años
Ha trabajado bastante, y hasta tenemos ganado
Y la partera abrió paso, este se quedo asombrado
Al contemplar a su amada, creyó que estaba soñando
Se abrazaban, se besaban y de la emoción lloraron
Buscaron los padres de ella, en esos días se casaron
La madre de ella sano
Y el viejito alcoholizado, juro no beber más nunca
Con tal de ser perdonado
Que esto sirva como ejemplo, a todos los suegros malos
Que vivan los matrimonios
vivan los enamorados
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