Letra de Gracia tras gracia
SmDani
Gracia tras gracia, mi vida tú cuidaste,
y ahora entrego cuanto tú me regalaste. (bis)
Gracia tras gracia, de ti siempre he recibido,
el regalo de la vida y de vivirla con sentido.
Siendo un niño me salvaste de morir ahogado,
también de caer de ese tejado.
Siendo un crío me cuidabas,
yo lo sabía, tú ahí estabas.
Con mi padre cada noche, de su mano te rezaba.
Vine al mundo en aquel 6 del 7,
del año de la democracia en España, el 77.
Fue un parto difícil, mi madre quedó marcada.
Más tarde vinieron mis dos hermanas, dos ángeles, dos hadas.
Padre y madre unos currantes, en mi casa no hubo lujos,
la felicidad no estaba puesta en diamantes.
Aprendí a domar el deseo, a saber lo que era antes y era importante,
a soñar despierto y a volar, en mi familia aprendí a amar.
De Valencia a Mallorca, y de Mallorca a Zaragoza,
Y de nuevo para Valencia, cambios llenaban mi alforja.
A observar yo aprendí y así al error me anticipaba,
Pero de la dureza de estos días no hubo quien me librara.
Amor nunca me faltó, pero tampoco sufrimiento, tampoco sufrimiento.
Cuando rompía a llorar anhelaba un mundo nuevo, anhelaba un mundo nuevo.
En Zaragoza recibí la comunión, tu voz me era clara y fuerte, mi Señor.
Yo sabía me escuchabas, yo sabía que me cuidabas. Gracia tras gracia, mi vida tú cuidaste,
y ahora entrego cuanto tú me regalaste. (bis)
A los 18 partí de casa, una convicción en mí: tú me llamabas.
Cuando me diste a conocer que desde el vientre de mi madre tú caminabas a mi lado,
mi soledad se llenó de ti y me sentí profundamente amado.
El abismo de mis años de adolescencia se cerró, tu brazo fuerte de la muerte me libró,
y me sentí profundamente amado.
De Valencia a Zaragoza y de nuevo a Valencia, después a Barcelona y de nuevo a esta tierra,
vivo la vida buscando hacer tu Voluntad, anhelando el día en que me abrazarás.
Vivo la vida aprendiendo los lenguajes de los hombres,
para contarles que tú les cuidas desde niños, que tú conoces sus nombres.
Y en el final de mis días me presentaré ante ti sin nada,
sin nada más que un corazón lleno de heridas,
son las heridas que tú también las amas.
Y cuando abras este corazón,
sólo deseo Padre que en él encuentres los rostros
de aquellos a quien amé, de aquellos a quienes me enviaste. Gracia tras gracia, mi vida tú cuidaste,
y ahora entrego cuanto tú me regalaste. (bis)
y ahora entrego cuanto tú me regalaste. (bis)
Gracia tras gracia, de ti siempre he recibido,
el regalo de la vida y de vivirla con sentido.
Siendo un niño me salvaste de morir ahogado,
también de caer de ese tejado.
Siendo un crío me cuidabas,
yo lo sabía, tú ahí estabas.
Con mi padre cada noche, de su mano te rezaba.
Vine al mundo en aquel 6 del 7,
Fue un parto difícil, mi madre quedó marcada.
Más tarde vinieron mis dos hermanas, dos ángeles, dos hadas.
Padre y madre unos currantes, en mi casa no hubo lujos,
la felicidad no estaba puesta en diamantes.
Aprendí a domar el deseo, a saber lo que era antes y era importante,
a soñar despierto y a volar, en mi familia aprendí a amar.
De Valencia a Mallorca, y de Mallorca a Zaragoza,
Y de nuevo para Valencia, cambios llenaban mi alforja.
A observar yo aprendí y así al error me anticipaba,
Pero de la dureza de estos días no hubo quien me librara.
Amor nunca me faltó, pero tampoco sufrimiento, tampoco sufrimiento.
Cuando rompía a llorar anhelaba un mundo nuevo, anhelaba un mundo nuevo.
En Zaragoza recibí la comunión, tu voz me era clara y fuerte, mi Señor.
Yo sabía me escuchabas, yo sabía que me cuidabas. Gracia tras gracia, mi vida tú cuidaste,
y ahora entrego cuanto tú me regalaste. (bis)
A los 18 partí de casa, una convicción en mí: tú me llamabas.
Cuando me diste a conocer que desde el vientre de mi madre tú caminabas a mi lado,
mi soledad se llenó de ti y me sentí profundamente amado.
El abismo de mis años de adolescencia se cerró, tu brazo fuerte de la muerte me libró,
y me sentí profundamente amado.
De Valencia a Zaragoza y de nuevo a Valencia, después a Barcelona y de nuevo a esta tierra,
vivo la vida buscando hacer tu Voluntad, anhelando el día en que me abrazarás.
Vivo la vida aprendiendo los lenguajes de los hombres,
para contarles que tú les cuidas desde niños, que tú conoces sus nombres.
Y en el final de mis días me presentaré ante ti sin nada,
sin nada más que un corazón lleno de heridas,
son las heridas que tú también las amas.
Y cuando abras este corazón,
de aquellos a quien amé, de aquellos a quienes me enviaste. Gracia tras gracia, mi vida tú cuidaste,
y ahora entrego cuanto tú me regalaste. (bis)
Letra de Gracia Tras Gracia de SmDani
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