El tornado

Caballo diamante negro, con un trote que enamora
sus monturas son de plata, de algodón la muserola,
es un animal muy fino de un ranchito de Reynosa,

cuando llego este caballo, llego flaco y descuidado,
su ex dueño ni lo miraba, parecía abandonado,
ademas venía mañoso, pero aquí se fue educando,

ha que difícil caballo, no podía ni ensillarlo,
me tiraba unas mordidas y se alejaba relinchando,
parecía que se reía, aquí había que controlarlo,

fuero casi cinco meses que ocuparon pa' domarlo,
el cuaco no se dejaba ni que le tocara el lomo,
el tornado fue llamado, le hacía honor a su apodo

la musica amansa fieras y eso ya lo he comprobado,
cuando una pieza sonaba, lo veían colaborando,
salió bailarín el macho, ha ese trote fue acoplado,

lo que se veía imposible, con el tiempo se lograba,
el cuaco ya era educado y ordenes ya acataba,
su crin largo fue creciendo y a la luz del sol brillaba,

de aquel tornado descarriado, de eso nada quedaba
sigue siendo de carácter, y un caballero de fama,
se mira por las colinas, paseando con una dama.