El hombre que no recuerdas

Diez años en soledad, aislado de compañía
el dibujo y la escritura salvaban mi monotonía.
Quería volar, expandir fronteras
pero no me moví entre aceras hasta muchas primaveras.

Verás, sé que no aporto demasiado
que seré un pesado y casi todo el mundo acaba cansado
de mí, que mucho amor al principio, mucha ignorancia al final
tanta gloria falsa en ese pedestal.

Lo sé, nunca superé todos esos defectos,
pero no me creo ni jamás quise ser perfecto.
En efecto, tal vez la falta de afecto es lo que me hizo preferir que me critiquen por detrás, en varios aspectos, sólo me tuve que alejar.

Seré el único que vea rara esta sociedad,
carezco de humildad,
perdón, tanta vanidad
fue quizás el viento que me sacó de tu lugar.

Hablé con demasiada sinceridad, puede
aunque no me comprendáis, la oscuridad duele.
Cuando el amor se va perdiendo, suele
recomponerse en olvidos hasta que el recuerdo muere.

[ESTRIBILLO]
Sé que ya no existo, fui cenizas en tu alma,
fui la tempestad, y después pasé a ser la calma.
Aquel con quien te reías, ese que siempre escuchaba,
y hoy perdiste esos recuerdos, no queda nada.

Cada balada cantada desnudaba mis complejos,
los viste y los recordabas conforme me hacía viejo.
En el espejo sólo quedan las palabras del ayer,
sé que corté muchos lazos que ya no volveré a ver

Yo tampoco fui distinto, ¿dónde estáis? ¿En qué neurona?
Os busqué en cada zona, mas no hay remedio.
El tedio sembró raíces en profundas cicatrices
perdí todo lo que hice y no vuelve por ningún medio.

El asedio constante rodeaba mi corazón,
la razón fue la falta de pasión en cada instante.
Que no fui tan latente como a mí me parecía,
y hoy día mi mente os ve tan distantes.

¿Los que me quedan ahora? ¿Quién me asegura que seguirán?
Desaparecerán, seguro, como el resto.
La felicidad que antaño me hacía vibrar
se convirtió en daño emocional, resultaba molesto.

Y con el paso de los años todo se volvió tan turbio,
tan sombrío. Yo que antes te admiraba,
te empezaste a corromper, vicios que te ennegrecieron
y perdieron los ojos que si podían, te velaban.

Esa chica que hace tanto conquistaba cada sueño
pero que al paso del tiempo consiguió otro dueño.
Ni el empeño logró superar tales entuertos
pero, ¿ahora qué es de ella? La verdad que ni me acuerdo.

[ESTRIBILLO]
Sé que ya no existo, fui cenizas en tu alma,
fui la tempestad, y después pasé a ser la calma.
Aquel con quien te reías, ese que siempre escuchaba,
y hoy perdiste esos recuerdos, no queda nada.

Cada balada cantada desnudaba mis complejos,
los viste y los recordabas conforme me hacía viejo.
En el espejo sólo quedan las palabras del ayer,
sé que corté muchos lazos que ya no volveré a ver.

El hombre que no recuerdas...
sigue ahí...
aunque tú no lo veas,
ni le oigas...