El guerrero guinomai

Guinomai es un verbo griego que traducimos como llegar a ser. Nuestra meta es llegar a ser hijos; conocemos el camino que el mismo Jesús siguió para hacerse Hijo del hombre. El combate final ha comenzado, es hora de nacer de la Mujer, para llegar a ser hijos con el Hijo.

El guerrero Guinomai nunca se desanima,
se apoya en la fuerza divina, que lo eleva hasta la cima,
su alma es como un ave y él vuela,
te lanza un cable si sabe que hay fuera esperan que cedas
Aunque duelan los motivos su objetivo cumple,
sin incertidumbre,
no sucumbe hasta que vislumbre cumbre,
y tumbe al mal brutal en un ritual combativo,
permaneciendo en guardia aunque parezca dormido.
Se siente vivo y da gracias,
y no hay lugar que le pueda intimidar bajo ninguna circunstancia.
Entrena y la gehena no frena su emblema, no temas ,
para él todo es posible con práctica y experiencia,
Legado de vivencia, experiencia de un pasado que marcó su espíritu,
no le pierde el ímpetu tampoco el tedio,
se muestra serio,
toma cada decisión confiado en el Misterio.
Recorre los valles, y anima a sus chavales,
conoce sus defectos y también sus cualidades,
ante las dificultades siempre se esfuerza y se vence,
y si se desvanece y perece renace y crece.
Cuando callado está, nada puede perturbarlo,
escucha en el silencio: Tú eres mi Hijo amado ,
aprende a desprenderse, da la vida por quienes quiere,
su dolor no le hiere, prefiere ser él el que espere,
a que el Señor le provea como en el monte Moria ,
y si vence lo celebra pero no se vanagloria,
para él cada victoria es otro paso hacia la cima,
estos son los designios de una fe vivida. Jesús le podrá sostener,
saber aprender del ayer,
buscar la luz entre las sombras,
si alguien le nombra estar ahí para responder.
Nada que temer, nada que perder, cuando la fe está afilada y la mirada de la vida es cruel,
cuando nada quiero y nada espero,
ser Guinomai es ser guerrero, al Evangelio siendo fiel.

Un Guinomai es sabio,
hace de la montaña un santuario .
Sea monitor, tesorero o secretario,
vive con la presión y no le daña,
su acción es el fruto de una búsqueda comunitaria.
Lo que un Guinomai enseña no puede hacerlo solo,
necesita compañeros con quien luchar codo a codo,
de ese modo su poder se multiplica, se aplica,
y sabe en quien hallar consejo si las cosas se complican.
En su silencio medita y actúa con firmeza,
ama la naturaleza respetando su belleza,
Un Guinomai es como el agua y fluye,
nunca huye,
ni contratiempos ni estudios le destruyen.
Ofrece su debilidad, convertida en seguridad,
y hace de cada nuevo día una nueva oportunidad.
Aunque sienta miedo
arriesga de forma intachable,
nada es inalcanzable, no acepta lo inaceptable.
Su fe no entiende de palabrerías ñoñas,
lo que ve y lo que vive es llamada que transforma
Sin rendición ni tregua, tu alegría le alegra,
un Guinomai jamás piensa en que dirán las malas lenguas.

Jesús le podrá sostener,
saber aprender del ayer,
buscar la luz entre las sombras,
si alguien le nombra estar ahí para responder.
Nada que temer, nada que perder, cuando la fe está afilada y la mirada de la vida es cruel,
cuando nada quiero y nada espero,
ser Guinomai es ser guerrero, al Evangelio siendo fiel.

Llegar a ser lo que Dios quiere, llegar a ser lo que Dios ha soñado para ti Guinomai