El día de la peste

Nunca ha sido sencillo
y siento asco por mi,
pero vuelvo a lo mismo;
ansiedad, repetir.

Éste mar de bacterias
que infecta por dentro mi piel,
palpitan mis venas,
explotan en cámara lenta.

Y yo quiero saber por que,
por que permito a la sangre correr,
porque, porque.

El humano que enjaulas
es tu incómodo error,
dichas las palabras;
mi serpiente y mi flor.

Me iluminas con odio,
el silencio es así.

Si consumo tu carne
y me vuelvo a destruir.

Dime porque, porque,
porque permito a la sangre correr,
porque, porque.

Dime porque, porque,
porque permito a la sangre correr,
porque, porque permito a la peste crecer
porque, porque
permito a la sangre correr, porque, porque.