El destierro

Cansado, abandoné todo
deje el rap, los conciertos, la grabación, los ensayos.
Y bien, huí de este lugar.

Aquí el sol ya no soporta el sopor ni el calor,
su esplendido esplendor es solo un tímido rubor.
Sin son el sin son del cóndor con dolor,
en un valle desolador como el alma de un bebedor.

Pero allí me siento a gusto, es justo mi lugar,
la amargura duerme afuera este es mi hogar dulce hogar.
Aquí no hay cámaras, ni almas rasgadas tras cada máscara.
Me sacaré a trozos la cara, es solo una cáscara.

Ahora abro los brazos y rapeo mirando al cielo,
los pájaros se entristecen detienen su vuelo,
las espigas enemigas se abrazan entre sí,
y las colinas más arriba lloran cada una un río.

Mientras tanto un viento débil piso...
Que las tristes hojas viejas salten de sus precipicios.
Y mis textos y defectos, lo que me hiso abyecto,
fue en instantes devorado, por larvas y por insectos.

Entonces, el horizonte le dijo al Sol:
"Esta tarde ocultate tras las lineas de esta canción"
Cada verso atardeció, el texto se volvió cielo,
oscureció en lento crepúsculo, como quien queda ciego.

La Luna se baña en alguna laguna mental,
va a olvidad que inspira poesía sentimental.
Las sabias son las letras, el viento es el beat,
este valle el escenario, mi silencio el mic.

Bien, aquí ya estoy tranquilo. Lejos de la ciudad.
El tiempo no tiene prisa es presa de la libertad.
Aquí la vida se olvida sin beat, sin weed, sin más.
En este valle hasta la muerte descansa en paz.

Si hay un pájaro hubo jaula, si se vino hasta aquí herido,
es porque si ímpetu le dio alas a su alma.
Si hay un Lobo en armonía con la nostalgia,
es porque le Rapea a la Luna sobre todo en noches mágicas.

Las ramas se mecen con des, ya no hay desdén,
caen lágrimas del árbol y en su copa beben.
Pájaros ensangrentados cantan "Todo irá bien"
se ahogan en gorjeos feos, ebrios de néctar con hiel.

No es valle es depresión, más la presión, ya no es prisión.
El cauce bajo el sauce arrastró y ahogó al triste gorrión.
La desesperación del grito que en sangre se ahogó,
partió mi pecho en dos, y por allí escapó.

La risa desabrida de la brisa avisa quizás,
que por dentro estoy en llamas, y se hará con mis cenizas.
A pesar de todo se bien que aquí pertenezco,
por dentro endurecí hasta que mi alma se volvió cuesco.

Y lo que escribo ya no es mas para ti,
late con más pasión el torso de un maniquí.
Entre el silencio y el olvido justo allí me escondí.
Porque de un polvo nací, y en polvo me convertí.