El cuis sanguinario

A las praderas va por las noches
Dientes feroces, es nuestro cuis
Un cazador lo corrió y nunca más se supo de él
Dicen que el cuis se escondió
Buscando así su salvación
Y fue su error el defender
A otros pobres cuises, roedores infelices
Vizcachas que por años
Sufrieron en los caños
Formó una compañía de ratas muy leales
Mostró sus ideales y se prendió a la lucha
Salieron en bandada con armas desgastadas
Quisieron con sus dientes frenar más de mil balas
Cual ratas se entregaron, los cuises resistieron
Las lauchas no pudieron vengar a sus hermanos
Cuerpitos masacrados formaron muchas filas
Algunos en los barrios usaron las parrillas
La sangre de los pobres colmó hasta las orillas
Los grandes asesinos probaron las morcillas.
Y nunca pudieron arrancar el dolor
Del pueblo y el hambre llegó.
Como una flor que ya vive sin sol
Hoy nuestro cuis ya no siente el pesar
Cuando en las sombras escucha un tronar
Muerde sus patas y sale a luchar
Por esa rata que nunca vendrá.