El árbol de las tempestades

Un árbol sobre el abismo
contempla el mundo, orgulloso y en pie;
ni se ha rendido a los hielos
ni podrá el rayo con él.

Árbol de las tempestades,
¿cuántas de ellas te han venido a rondar?
¡Qué serenata tan bella!...
(si estás vivo al acabar)

Árbol nacido entre peñas,
alma de flor, corazón mineral.
Con lo frágil que pareces,
¡qué difícil de quebrar!

Bailas en brazos del viento,
te cimbreas, gimes, finges ceder:
Das a Noviembre las hojas
que otro Abril te ha de devolver.

Corren las nubes a tu alrededor,
el vendaval las dispersa.
…Y entre la boira, un rayico de sol.
¡Otra tormenta pasó! De nada sirve llorar,
añorar las hojas muertas.
Otras pronto brotarán,
la raíz aún sigue en tierra.

Hay que plantarse y vivir,
celebrar cada hoja nueva, y vivir.
De la copa a la raíz
ir sembrando primaveras.

Un árbol estremecido,
un pino negro asomado al ibón,
una olivera en Boltaña,
la carrasca en mi pendón.

¡Arbolico del Sobrarbe,
no te escondas ni nos niegues tu luz!
La vida y la primavera
te han marcado con su cruz.

Un árbol sobre el abismo,
estremecido como una mujer.
... o una mujer como un árbol,
que es lo mismo y no lo es.

¡Arbolico del Sobrarbe,
eres “arbolica”, ahora lo sé!
Llevas en ti tanta vida
que por fuerza has de ser mujer.

Pían los pájaros en tu interior,
cubren tus ramas de nidos;
bajo tu copa arrulla el amor.
¡Quién quiere oír otra voz?... De nada sirve llorar,
añorar las hojas muertas.
Otras pronto brotarán,
la raíz aún sigue en tierra.

Hay que plantarse y vivir,
celebrar cada hoja nueva, y vivir.
De la copa a la raíz
ir sembrando primaveras.

... Un árbol sobre el abismo,
valiente y bello como tú, mujer.