El adios a melancolius

Belleza en las revistas del
Quiosco de este bar.
El chico trae las flores no vende
Y se va.
En este capuchino mis sueños
Ya no están:
El mozo me pregunta qué más
Voy a tomar
Y yo a través del vidrio veo
La ciudad.

Belleza en la pantalla.
Esta servilleta quiere reflejar
La luz de las estrellas en el
Fondo del mar.

Mis piernas protestando:
No quieren caminar.
El miedo en mi cabeza no para
De cantar.
Me quiero ir a la luna y no sé
Cómo empacar
Y siempre descubro que me
Quiero quedar.

(Varios taxis, como un legado de
Ropa interior, cortejan, dejando
Atrás el velatorio triste, el adiós
A Melancolius. En la avenida
Blasfemada, multitudes con
Dentaduras heterogéneas sacuden
Sus cabezas, aplauden o lloran).
-No tenés razón en lo que decís…