Ekiz

Caemos en helechos depresivos,
al remitir el rastro del espacio,
separando nuestra ambigüedad
en mi sistema lunar.

habitemos los asteroides,
se anula el formato de la presión.
La anestesia ya no alivia el dolor,
que recorre el desierto de mi cerebro.

inconsciente intruso de mi mente,
simulando algunas sonrisas,
malgastando las balas en mi frente,
queriendo caer al infierno, libremente.

crucemos nuestro océano,
retemos al sistema nervioso,
la sangre ya no fluye en nuestras venas,
la sal inunda su lugar.

se aproxima la lepra,
junto a la vejez del colibrí.
la serpiente engaña a su conciencia
y el huracán ya no quiere existir y el deterioro de mi cuerpo,
marca la suspensión del corazón.
y el deterioro de mi cuerpo,
marca la suspensión del corazón.

crucemos nuestro océano
retemos al sistema nervioso
la sangre ya no fluye en nuestras venas
la sal inunda su lugar.