Dos gotas de agua

He vuelto a colgar tu foto, rentan aquella pared.
He soñado que esos ojos me miraban otra vez,
temblorosos de dolor, rojos de llorar tu piel.
La mirada más que sincera que jamás recordaré.

Hoy las horas vuelven otra vez, sin tener por qué.
Tengo tazas preparadas, solo me falta el café.
Tengo la barriga llena, pero tengo mucha sed.
No son mariposas, son las ganas de volverte a ver.

Sé que hay un abismo y creo en uno mismo.
Es que voy a confiar, ya está todo listo.
He pensado en los demás, he cerrado el pico.
Lo tengo todo demasiado claro, yo no finjo.

Déjame la senda libre que no hay quien me pare,
Apartaré la piedra más pesada de todos lugares.
Ya no queda nada, nada que me baje.
Soy un hombre libre pero preso de tu carne. Nada volverá a pasar, nada volverá a ocurrir.
Todo lo que tengo, lo que soy, te lo debo a ti.
Nada por qué abandonar, mucho tengo que sentir.
Dos gotas de agua no se paran así porque sí.

Tengo miedo a navegar. ¡Cuidado, no encuentro el fin!
Construimos muros y paredes muy lejos de aquí.
Ahora tengo que volver, ya habrá tiempo pa’dormir.
No puedo quedarme quieto, quieto quedará sin mí.

Pregúntale a mis ganas y a mis días,
a mis sábanas mojadas de tristeza y alegría,
mi cartera vacía, a la apatía si ya no eres tú la compañía.
Ya no recuerdo porque siempre se me olvida.

Eres la luz intermitente al compás de mi pulso.
En tus pupilas veo la estrella polar.
No pidas pan para ti, pídela pa’l mundo.
Yo solo quiero darte guerra y conflicto moral. En tus clavículas voy a dejar mi huella,
como si fueras un planeta que quiero explorar.
No te compares con galaxias, con estrellas.
Hoy voy a recorrerte lunar por lunar.

Y todo se complica cuando aplico la táctica,
beso tus defectos y reparas la mecánica.
Tengo la técnica, rutina básica.
La medicina que sabe curar tus lágrimas.

Pasas de página y yo soy el libro entero.
Nos soportamos, somos diciembre y enero.
Es una excusa para hablar de ti sin peros.
El corazón dice verdades de puños sinceros.

Nada volverá a pasar, nada volverá a ocurrir.
Todo lo que tengo, lo que soy, te lo debo a ti.
Nada por qué abandonar, mucho tengo que sentir.
Dos gotas de agua no se paran así porque sí.

Tengo miedo a navegar. ¡Cuidado, no encuentro el fin!
Construimos muros y paredes muy lejos de aquí.
Ahora tengo que volver, ya habrá tiempo pa’dormir.
No puedo quedarme quieto, quieto quedará sin mí.