Dos en medio de la nada

La ciudad se levanta temprano, hay que ver que poco descansa.
Qué alta es su cabeza, y que cortas son las noches en su cama.
Como huele a frío y apesta a calor, como nos acecha.
Como cuesta andar en la mañana desnudo por ella.

Me ha dejado en el asfalto hablando sola, me ha cogido por el brazo y me ha tapado la boca.
Me ha dejado malherida, marginada en las aceras.
Su poder me ha demostrado que con ella no se juega.

Bésame la cara sucia, el pelo mojado.
Abrázame el jersey roto, mira mis ojos cansados.
Dame tu mano encallada, arañame con las uñas heladas.
Hasta hacerme creer que somos dos en medio de la Nada... La ciudad poco a poco va apretando las tuercas de la maquina de barrer. Avenidas enteras.
Pero también de la vida de sus pobladores, cambiando risas por llantos, alegrías por dolores.

Me ha dejado en una esquina mendigando.
Un hombre, ha insinuado que el papel es lo que te hace hombre.
Me ha cerrado la puerta en la cara, me ha sacado de sus bares a patadas.

Hasta hacerme creer que somos dos en medio de la Nada

Bésame la cara sucia, el pelo mojado.
Abrázame el jersey roto, mira mis ojos cansados.
Dame tu mano encallada, arañame con las uñas heladas.
Hasta hacerme creer que somos dos en medio de la Nada...