De tequila

Ahora sé que escribir una canción
acompañada de dolor
no es mala idea.
Y es que la vida me enseño que ni el tequila
ni el dinero ni el amor dan alegría
si no es por ella;

Y si quieres pensar que no te quise…
tú sabes bien que no he podido
ni dejarte de adorar ni encontrar esa razón
que no me diste.

Debe ser un desastre total
despertar y ver que nos resulta difícil
borrar fuego ardiente, por más sin razón,
que la lluvia de anoche hoy convierte en cristales
que cortan el aire, la imaginación,
la que lleva entre copas hasta el infinito
bordado de amor…
De tequila
que bebimos. Y ahora no digas, mujer,
que no me quieres igual que yo.
Si, de los pies yo te he besado
cada uno de los dedos.

Quiero ver
que hay detrás del infinito...
Quiero encontrar
mil razones para huir
al final de un arcoíris embrujado.

Yo se que tienes razón
cuando te cortas la piel
y me desangras con un clavo entre las manos,
y me da miedo pensar
que te da risa
cuando te digo que es mejor crucificado
que estar sentado a tu lado.