Crónicas de guerra

Dime tú si ves aurora boreal
O si sobran las manillas
Cuéntame si detrás de las vías
Aún esperan nuevas vidas

Pasear por atrochas teñidas de gris
Encontrar los rincones que nunca perdí
Desnortar mis manías, romper el alfiz
Pediluvio en el alma, desquite y desliz

No me quedan cuentos de princesas
ni castillos, ni ciudad
No me quedan crónicas de guerra
ni pespuntes que bordar
No me quedan mares por nadar
ni peces, ni maquillaje
No me queda nada para vestir
ese beso que no traje

Cuéntame sobre la libertad
Sobre el porqué de nuestro dédalo
Y si una mandria melodía
Tiene hueco en tu sonrisa

Si urge abrir cada ventana
Si urge huir por la mañana
Si urge huir desde tu cama
Abriendo cada ventana

No me quedan cuentos de princesas
ni castillos, ni ciudad
No me quedan crónicas de guerra
ni pespuntes que bordar
No me quedan mares por nadar
ni peces, ni maquillaje
No me queda nada para vestir
ese beso que no traje

Y anochecido, en tu luna crepuscular
Y yo contigo, y tú a por mí
Y en nuestra escuela
Vestidos en hollín,
Pintados con escarcha
Sin miedo al carmesí

No me quedan cuentos de princesas
ni castillos, ni ciudad
No me quedan crónicas de guerra
ni pespuntes que bordar
No me quedan mares por nadar
ni peces, ni maquillaje
No me queda nada para vestir
ese beso que no traje