Confesiones de un viejo murguista

No fue mía la intención de interrumpirlos
fue una fuerza que no pude controlar
fue mi vida una eterna algarabía
cuántos años le he brindado al carnaval.

Fui un murguista de esos que dejan el alma
y a las tablas me he entregado con pasión
he dejado mi garganta en cada barrio
entregando a pecho abierto el corazón.

Por eso aquí estoy,
abusando del silencio que me brindan
carnaval a este viejo ya no pinta,
y en ustedes, veo el tiempo que pasó.
Por eso aquí estoy,
y perdonen que los canse de recuerdos,
si les sirve, está a mano mi consejo,
de un murguista, que del tiempo se escapó. Fui un actor que está mal que yo lo diga
a la gente contagiaba de emoción
tengo un álbum incompleto que es testigo
y hasta alguna conservada grabación.

Fue la noche inseparable compañera
tantas copas y el amor que no faltó
de mujeres que buscaron mi presencia
por la vigencia que mi canto cautivó.