Chila

En el puerto de los lobos,
allá por los casahutes,
Chila cortaba flores,
pa' adornar unos altares,
se le apareció un fulano,
la inocencia iba a robarle.

Rodaron ancón abajo,
molonqueados en pelea,
al caer a lo parejo,
se dió contra una piedra,
quedándose ahí tendida,
entre flores la doncella.

Después de tanto despertó,
cuando la lluvia la mojaba,
parecía que el mismo cielo,
aquella afrenta le lavaba,
o quizás confundía,
el llanto que derramaba.

Cuando te acosa pena,
te carcome los adentros,
difícil llega la calma,
el alma entra en aprietos,
después de aquella tragedia,
sus sueños fueron muriendo.

El filo aquel reverdeció,
cuando las lluvias regresaron,
sus ojos no tenian lágrimas,
solo un rostro demacrado,
el veneno de aquellos recuerdos,
que la vida le quitaron.