Cara a cara

Yo sé muy bien que tienes la razón, que nuestra relación se ha marchitado por mí
Que aun tengo cosas malas aquí en el corazón, y que ya no puedo seguir así
Llorando amanecí porque soñé, que un hombre te azotaba sin piedad mi Señor
Yo quise ver su rostro pues quería conocer, quien era tu verdugo tu agresor
Sentí rabia y quise defenderte, y evitar que aquel te violentara
Yo quería enfrentarlo con mis fuerzas, quería golpearlo con mis manos en su cara

Y que sorpresa grande cuando yo mire aquel rostro y vi cara a cara a quien golpeaba a mi Señor
Yo caí de rodillas y el llanto inundo mis ojos, porque aquel verdugo despiadado era yo
El Señor me dijo tu me azotas cuando dudas, cuando amas al mundo y sus placeres más que a mi
Cuando no buscáis mi voluntad sino la tuya, cuando no valoras todo lo que he hecho por ti, (no sigas así)
Y que sorpresa grande cuando yo mire a aquel rostro y vi cara a cara al que azotaba a mi Señor
Yo caí de rodillas y el llanto inundo mis ojos, porque aquel verdugo despiadado era yo (aquel verdugo era yo) Yo sé muy bien que tienes la razón, y que yo con mis hechos me he alejado de ti que soy indiferente cuando
Escucho tu voz, que tú presencia no la ciento en mí,
El sueño me mostro la realidad, la triste realidad que estaba viviendo yo, que aparentaba ser pero la pura verdad es que yo no era nada mi Señor,
Me sentí tan triste y tan culpable, que llore, llore, llore y llore, al mirar la cara del infame, que te azotaba sin piedad duro que ver
Y que sorpresa grande cuando yo mire la cara, de aquel que azotaba con violencia a mi Señor yo caí como muerto y se me fueron las palabras, porque era yo mismo el que golpeaba a mi Señor
Me miro y me dijo tu me azotas cuando mientes, cuando te avergüenzas cuando reniegas de mi,
Cuando dudas que yo soy aquella torre fuerte, esa roca eterna en donde debes construir, no dudes de mí (ya no dudes de mí.
Que sorpresa grande cuando yo mire aquel rostro, y vi cara a cara al que golpeaba a mi Señor,
Yo caí de rodillas y el llanto inundo mis ojos, porque aquel verdugo y despiadado era yo
El Señor me dijo tu me azotas cuando dudas, cuando amas al mundo y sus placeres más que a mi
Cuando no buscáis mis voluntad si no la tuya, cuando no valoras todo lo que he hecho por ti
No sigas así, (ya no sigas así)