Canción para cuando mis nietos tengan más o menos veinte años

Hubo una vez un país en llamas

Mil genocidas lo gobernaba

Miseria, bala, hambre, masacre todo era igual

Donde la vida solo era un lujo

De la que se alimentaba el brujo

La muerte ungía con lluvia sangre al amanecer

Una nación como cementerio

La libertad era gran un misterio

Pero es que tu ya no la recuerdas, no te tocó


Porque ahora vas como el viento a cualquier parte

El canto es canto y dice lo que quiere decir

Los verbos vivir y amar pueden conjugarse

En cualquier tiempo, en cualquier persona, en toda voz

Que la vida es ahora un sueño

El que soñaron mis viejos y que a ninguno de ellos le tocó

Que en los campos los girasoles

Saludan a los pastores que en tiempo de guerra dispararon

Que tiranos se exiliaron

Pero igual fueron juzgados la justicia no partió del norte

Que las armas ya se callaron

Y las viudas consolaron a los huérfanos hijos de un país

Les queda su historia por venir

Y la de los viejos por escribir

Hubo una vez un país sin alma

Del que partió una noche la calma

Y de las fosas salían los gritos como un clamor

Hubo una vez un país en guerra

De gente enorme entre la selva
De pobres madres amamantando entre su temor

Hubo un tiempo de campesinos
De estudiantes y de asesinos

Pero es que tu ya no lo recuerdas, no te tocó


Alguna vez hubo una utopía

Que construimos día tras día

Pero es que yo… yo no lo recuerdo, no me tocó